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La aerolínea estadounidense Southwest Airlines suspendió los vuelos de 79 aviones ayer sábado después de que se rompiera parte del fuselaje de uno de sus Boeing 737 durante un vuelo el día anterior. Quedó agujero en el techo de la cabina y rápidamente se despresurizó el avión.

"Los estamos sacando fuera de servicio para inspeccionarlo en los próximos días", dijo Whitney Eichinger, una portavoz de Southwest. La mujer detalló que el objeto del escrutinio será el mismo tipo de fatiga del material. En un comunicado de prensa, Southwest anunció que el sábado iba a cancelar unos 300 vuelos debido a las inspecciones y que los clientes deberían esperar retrasos de hasta dos horas.

La aeronave Boeing 737-300, de 15 años de antigüedad, la tarde del viernes volaba a 35.000 pies de altitud desde Phoenix a Sacramento. De pronto, los pasajeros oyeron una explosión, salieron las máscaras de oxígeno y el piloto realizó un aterrizaje de emergencia en una base militar en Arizona.

Nadie resultó herido de gravedad, solamente un pasajero y una azafata se desmayaron durante el descenso. Los 118 pasajeros optaron por seguir a sus destinos ese mismo día a bordo de un avión de reemplazo.

Funcionarios de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte dijeron que la aeronave quedó con un agujero de 1,5 m de largo y 30 cm de ancho. Una foto tomada por uno de los pasajeros muestra un agujero sobre el compartimento superior de equipaje y a través del cual se puede ver el cielo.

Hace dos años, Southwest experimentó un suceso similar cuando un agujero abierto en el fuselaje de un avión fue causa de un aterrizaje de emergencia en un vuelo con destino a Baltimore. El mismo año, la aerolínea fue multada por la Administración Federal de Aviación en 7,5 millones de dólares por violaciones de seguridad.