Historia Secreta
Las piezas se localizaron a un costado de la Catedral Metropolitana, donde se efectúan trabajos de excavación que supervisa el Programa de Arqueología Urbana (PAU) , donde se habilita el área para la construcción de un nuevo acceso a la zona arqueológica y del museo que alojará el monolito de Tlaltecuhtli, -deidad mexica de la tierra-.
El arqueólogo Raúl Barrera Rodríguez, responsable del PAU, que forma parte del Proyecto Templo Mayor, señaló que en los límites de las calles Seminario y Guatemala, se detectó una fosa de unos 12.20 metros por 7.70 metros, donde los mexicas presuntamente arrojaron gran cantidad de materiales, entre ellos los restos de esas esculturas.
Explicó que tres de las cinco esculturas son solo fragmentos, entre las que destaca un clavo arquitectónico en forma de cráneo, el más grande encontrado hasta ahora en las inmediaciones del recinto prehispánico, de 88 centímetros de largo por 40 de ancho.
En 1989 Josep Quintana Cardona, un joven científico, encontró un hueso fosilizado en Menorca. En aquel momento pensó que era el hueso de una tortuga extinguida. "Siempre recordaré ese momento: al intentar extraer el hueso, éste se rompió en varios fragmentos. Dudé unos momentos en tirar los trozos al interior del pozo. En lugar de ello, lo reconstruí", recuerda el científico.
Después de enseñar los huesos de cráneo a otros paleontólogos nadie supo determinar de qué animal se trataba, pero se formuló la hipótesis de que pertenecieran a un conejo. En 1994 volvieron a encontrar otros huesos muy fragmentados. Durante cuatro años los expertos recuperaron huesos para comenzar el estudio científico del animal. Finalmente el grupo de investigadores se dio cuenta de que era un animal completamente nuevo para la ciencia.

Imágenes de los restos humanos, de animales y cerámica hallados por espeleólogos investigadores de la Uady, en un cenote de Chichén Itzá
Para lograr el hallazgo, los espeólogos tuvieron que descender primero 20 metros a profundidad en forma vertical y posteriormente otros 30 metros más, en forma horizontal, para toparse con un cementerio humano en el fondo del cenote, cuya ubicación no darán a conocer para evitar saqueos o perjuicios a los trabajos de averiguación que continuarán en los próximos meses.
Esta es la primera vez que el hombre observa evidencias del pasado en este cenote, donde los mayas practicaron el sacrificio humano como un vínculo con sus dioses y una forma - según sus creencias - de buscar la satisfacción de ellos mismos, mencionaron. El investigador subactuático Guillermo de Anda, de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), señaló que los mayas pensaban que la sangre del hombre era la ofrenda mas valiosa que se le podía conceder a los dioses, esperando algún beneficio de este acto.
Investigadores de la Universidad de Texas encontraron miles de herramientas y otros objetos de entre 13.200 y 15.500 años de antigüedad. El yacimiento, conocido como Debra L. Friedkin, está ubicado a unos 65 kilómetros de Austin.
Numerosos utensilios y puntas de flechas en piedra tallada que datan de unos 15 mil 500 años fueron descubiertos en Texas, lo que convierte a ese sitio arqueológico en el más antiguo de América del Norte, según datos revelados este jueves.
El hallazgo de estos 15 mil 528 objetos de piedra retrotrae al menos en dos mil años la llegada de los primeros habitantes del continente.
La teoría hasta ahora dominante hacía remontar las primeras colonizaciones a la llamada cultura de Clovis, procedentes de Asia a través del estrecho de Bering durante la época de las glaciaciones, hace unos 13 mil 500 años.
El nuevo sitio texano, llamado "Debra L. Friedkin", documenta con un gran número de vestigios una ocupación humana en el continente americano anterior a las incursiones de Clovis.
Caballos salvajes o cabras montesas que trotaban salvajes. Especies de flora y fauna que llevan milenios desaparecidas. Una pradera donde hoy se encuentra el mar. Benidorm hace 15.000 años. Un mundo perdido sobre el que ahora han arrojado luz los arqueólogos durante su investigación de la Cantera de Sierra Helada que, según recordó el concejal de Patrimonio, Jaime Llinares, puede "considerarse como el primer hotel de Benidorm". O, en términos más científicos, como expuso también el propio edil, el yacimiento prehistórico más antiguo de la Marina Baixa y uno de los más trascendentes de toda la Comunidad Valenciana. Y en este aspecto, ayer se presentaron novedades: hasta ahora se creía que el Abrigo de la Cantera tenía una antigüedad de 6.000 años, pero los últimos trabajos científicos podrían remontar esa fecha hasta los 15.000 años, esto es, al periodo Magadaleniense, una de las últimas etapas del Paleolítico Superior.
Era pues una población que vivió antes de la Edad del Metal, que utilizaba el sílex como principal instrumento para la supervivencia y que sufrió además los rigores del final de la última glaciación del Planeta y por lo tanto de un radical cambio climático: "los cascos polares llegaban hasta el Mar del Norte, la tundra cubría amplios parajes de Europa Central, las temperaturas eran mucho más bajas que las actuales y el mar estaba también en un nivel más inferior que el actual" explicó el arqueólogo Javier Fernández, quien ha coordinado las excavaciones.
Lugareños de esa localidad han solicitado la intervención del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para analizar dichas piezas e intervenir en el lugar.
"En una pequeña zona, ubicada al norte de esa ciudad, se han encontrado esos artefactos, en particular dicha piedra de forma redonda y con un peso de más de dos toneladas, que plasma la imagen parecida a la de un jaguar", dijo Primitivo Gustavo, dueño de esa zona.
Recordó que desde meses atrás, realizó la compra de tal terreno y luego encontró el objeto junto a un afluente que pasa por ahí, por lo que ante tal hallazgo -comentó- ha decido resguardar el sector y esperar a que el INAH efectúe sus labores correspondientes.

Ejemplo de una de las pinturas rupestres del yacimiento de Villar del Humo, que data del 6.000 a.C.
La presencia de una serie de figuras con forma de hongo en un mural de pinturas rupestres en el yacimiento de Selva Pascuala podría representar a determinados organismos de este tipo de efectos neurotrópicos, lo que sería la primera referencia prehistórica de su uso en Europa.
"Las dos últimas figuras de una serie de trece poseen una morfología cambiante, con propiedades tanto de ser humano como de hongo. Este hecho, sumado a la presencia del hongo Psilocybe hispánica en el entorno nos ha permitido hacer esta interpretación", explicó a la BBC Juan Francisco Ruiz, miembro del grupo investigador y profesor de Prehistoria en la Universidad de Castilla- La Mancha.
Así, según Ruiz, llevados por los efectos del consumo de estos hongos los propios pobladores de Selva Pascuala habrían terminado realizando estas representaciones sobre las rocas.
Reuniones periódicas

El hallazgo deja claro el trazado del acueducto pero aún quedan algunos aspectos por determinar.
El alcalde, José López Orozco, y otros miembros del gobierno local se desplazaron a San Marcos a mediodía de ayer para comprobar personalmente la importancia de los restos. Allí siguieron con notable atención las explicaciones tanto del arqueólogo que controla las excavaciones en la citada obra, Celso Rodríguez, como de la responsable del departamento de Arqueología del Ayuntamiento, Covadonga Carreño.
Los restos del acueducto se descubrieron al abrir una zanja siguiendo los cimientos originales del edificio (hospital de Isabel II) que hoy ocupa la Diputación. Inicialmente se preveía un edificio más grande, que debía lindar con la calle; finalmente se retranqueó, pero quedaron los cimientos. Al construirlos en su momento, cortaron lo que fue la base del acueducto. En el perfil de la zanja se aprecian claramente dos zonas diferenciadas pero superpuestas. La inferior es claramente romana y se trata de un material tan sólido como el actual hormigón.
El fósil es de un organismo 'foramideo' pertenece a la era Cretácica superior (Campaniano-Maastrichtiano) y fue hayado en la cercanía de la localidad de Yurimaguas en la ribera del río Huallaga, región Loreto (coordenadas 05142"08" S y 76º08"30") y tienen una antigüedad de 70 millones de años.
Comentario: Si bien la teoría del sacrificio humano está bien arraigada entre los estudiosos de las culturas prehispánicas y muchas de las mismas tienen bastante enteros de haber prácticado este tipo de ritos, no es algo demostrado científicamente. Desde el equipo de Sott.net queremos señalar la posibilidad de que los restos de algunas de estas culturas a los que se les atribuye un origen de sacrificio ritual, bien podrían ser otra cosa, ya que no se conocen multitud de aspectos de estas culturas y del contexto en el que situar los hallazgos.