© Desconocido¡La grasa engorda, tonto!
Un programa se define como
un plan de acción para lograr un fin determinado. Fiel a la temporada, tuve la experiencia de las consecuencias de semejante plan mientras asistía a un almuerzo de trabajo por Navidad. Cuando me senté con media docena de mis colegas, he observado algo muy extraño. Cada uno de ellos tenía una cena de pavo tradicional y sin falta, cada uno de ellos, después meterse de todo corazón en su montaña de patatas y relleno, prosiguieron a la ardua labor de pelar cuidadosamente la piel apenas visible y extraer cualquier pedazo de cartílago ofensivo que pudieron encontrar, y dejarlo todo en el borde de su plato.
Al mismo tiempo, fui sometida a un otro interrogatorio pequeño sobre mi elección de comer paté de hígado y salmón, dejando de lado las papas, el pan y varias otras delicias derivadas de verduras en mi plato y renunciar al postre. Mi elección evidentemente los hacía sentir incómodos.
Ellos habían manifestado su lealtad entre ellos y a la sociedad con las sobras en sus platos. Yo, en cambio, había contravenido su camino divinamente sancionado. Como suele ser el caso, procedieron a disparar hacia mi preguntas hostiles ligeramente camufladas, en un intento de ejercer presión, y me obligaron a asimilar sin cuestionamientos dicho modo. ¿La razón por la que se sentían confiados para hacer esto? Debido a que tienen a la "autoridad" de su lado ¡Todo el mundo sabe que la grasa engorda idiota!