Desde bolas de fuego hasta inundaciones, pasando por nieve fuera de temporada en ambos hemisferios de nuestro planeta, este noviembre pasado se rompieron muchos récords meteorológicos.
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Después de una erupción solar inusualmente fuerte de clase X y una actividad solar inusual en septiembre - posiblemente relacionada con una serie de poderosos terremotos de magnitud superior a 7 en Nueva Caledonia y México - el mes pasado estuvo marcado por tres fuertes terremotos que causaron daños generalizados - en Irak/Irán, Chile y Corea del Sur. Mientras tanto, la actividad volcánica parece haber alcanzado un pico estacional (sí, pronto tendremos que empezar a hablar de 'temporada volcánica').
Estos fenómenos geológicos incrementados y las predicciones oficiales de un aumento en la actividad sísmica en 2018 debido a la desaceleración de la rotación de la Tierra, han dejado a las personas afectadas con un sentimiento de temor.
Las sequías también empeoraron en Portugal y España el mes pasado, mientras que intensas lluvias cayeron en América del Sur, Australia y la mayor parte de Asia. Todo esto en un momento en que los meteorólogos se ven obligados a utilizar el término "fenómenos atmosféricos" porque la palabra "lluvia" ya no es suficiente.
Los sonidos de trompeta y los presagios en el cielo eran vistos como precursores de tiempos cambiantes en el pasado, desde la arena social y política, hasta eventos cósmicos significativos. Así que abróchense los cinturones de seguridad, amigos, porque parece que las cosas se van a poner difíciles.
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