El mínimo de Maunder, conocido por ser un periodo histórico en el que se produjo un mínimo de manchas solares prolongado, es el nombre que se utiliza para nombrar el período que abarca desde el año 1645 hasta 1715, cuando prácticamente desaparecieron las manchas solares de nuestro astro rey.
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Al igual que el Mínimo de Dalton y el Mínimo de Spörer, el mínimo de Maunder coincidió con un período de las temperaturas globales por debajo de lo normal. Durante un período de 30 años, situados dentro del Mínimo de Maunder, los astrónomos solo fueron capaces de observar unas 50 manchas solares, en contraposición a la cantidad normal, que se situaría entre las 40,000 y las 50,000.

El climatólogo John Casey, un ex-ingeniero del transbordador espacial y consultor de la NASA, comenta que los últimos años de crudo invierno que se han vivido en algunas regiones del planeta, van a ser un fenómeno habitual en las próximas décadas. Casey afirma que existen evidencias de que la Tierra se está enfriando debido a la disminución de la actividad solar. El climatólogo advierte en su último libro, titulado Dark Winter, que se ha iniciado una importante cambio en el clima mundial y que, como mínimo, podría durar hasta 30 años.

Asimismo, Casey predice una creciente escasez de alimentos y disturbios civiles causados por estas carencias, debido en gran parte a que los gobiernos no se están preparando adecuadamente para las consecuencias que conllevará este clima más frío. También predice que las temperaturas bajas de los futuros inviernos provocarán que haya una demanda de electricidad y calefacción superior a la oferta.

Casey no es el único que predice algo similar, el experto climatólogo y astrofísico ruso, Habibullo Abdussamatov, incluso va un paso más allá y afirma que estamos al comienzo de una nueva edad de hielo. El Dr. Abdussamatov, señala que la Tierra ha experimentado periodos similares cinco veces en los últimos 1,000 años, y que se producirá un congelamiento mundial independientemente de si los países industrializados ponen un tope a sus emisiones de gases de efecto invernadero o deciden no hacerlo. El punto de vista comúnmente aceptado de que la actividad industrial del hombre es un factor decisivo en el calentamiento global, ha surgido a partir de una serie de interpretaciones erróneas acerca de las causas y los efectos.

¿Calentamiento global?

Don Easterbrook, un científico del clima con sede en la Universidad de Western, Washington, predijo exactamente en el año 2008 lo mismo que Casey está diciendo actualmente.

En su artículo "Evidencias para prever un enfriamiento global durante las próximas tres décadas", afirma que a pesar de que no se ha producido un calentamiento global en 10 años, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) y sus modelos de computadora programados para creer que el CO2 es la causa del calentamiento global, aún predicen que la Tierra se está enfrentando a un calentamiento catastrófico durante este siglo.

Los modelos de computadora del IPCC predicen un calentamiento global de 1° C por década, y de 5-6° C para el año 2100, lo que causaría una catástrofe global con ramificaciones para la vida humana, el hábitat natural, la energía, los recursos hídricos, y la producción de comida. Todo esto se basa en la suposición de que el calentamiento global es causado por el aumento de CO2 en la atmósfera y de que el CO2 seguirá aumentando rápidamente. Así pues, La lista de los científicos del clima que están empezando a unirse a la teoría del enfriamiento global está creciendo.

Muchos de ellos basan sus puntos de vista sobre los registros climáticos del pasado y la historia sugiere que existe un vínculo entre la disminución de la actividad solar y la aparición de inviernos más crudos, así como veranos más fríos, en el hemisferio norte.

Por su parte, Mark Giampapa, un físico solar del Observatorio Solar Nacional (NSO) en Tucson, Arizona, piensa que estamos entrando en un mínimo de Maunder, debido a que se observa una disminución continua en la intensidad del campo magnético de las manchas solares y un debilitamiento de los campos magnéticos polares y los flujos subsuperficiales.

Así pues, David Hathaway, del Centro Marshall de Física Solar de la NASA explica que estamos en el máximo de manchas solares del Ciclo 24. Es el ciclo de manchas solares más pequeño en 100 años y el tercero en una tendencia de disminución de los ciclos de manchas solares. Así, que es previsible que el ciclo 25 pueda ser probablemente menor que el ciclo 24.

Un informe del Science News de la NASA de enero de 2013, detalla la ciencia que se oculta detrás de la conexión entre las manchas solares y el clima. Hay que recordar que desde que el informe fue escrito, el ciclo solar 24 ha demostrado ser no solamente el ciclo más pequeño en los últimos 50 años, sino el más pequeño desde hace más de 100 años. La última vez que vimos un número de manchas solares tan bajo fue en 1906, durante el ciclo solar 14.

De hecho, el sol podría estar en el umbral de un evento de mini-Maunder en estos momentos. El ciclo Solar 24, actualmente en curso es el más débil en más de 50 años. Además, hay pruebas de una tendencia al debilitamiento a largo plazo en la intensidad del campo magnético de las manchas solares.

Matt Penn y William Livingston, del Observatorio Solar Nacional predicen que con la llegada del Ciclo Solar 25, los campos magnéticos en el Sol serán tan débiles que pocas, o prácticamente ninguna mancha solar se formarán.

Líneas independientes de investigación que involucran heliosismología y campos superficiales polares apoyan estas conclusiones. Livingston y Penn descubrieron en 1990, que el número de manchas solares está cayendo y que una vez que el campo magnético cae por debajo de 1,500 Gauss, ya no se forman manchas solares. Si el declive continúa al ritmo actual, se estima que el Sol carecerá de manchas solares en el año 2016.

Las consecuencias del Frío

Si estos científicos están en lo cierto, nos estamos dirigiendo a un período de inviernos muy fríos y veranos también más fríos que los actuales.

Imagínese que año tras año los inviernos comienzan temprano, terminan tarde y provocan oleadas de frío sin precedentes en muchas regiones. Eso implicaría también que tuviéramos veranos frescos y húmedos, que afectarían a la producción de alimentos, produciéndose también inundaciones en muchas regiones a causa de la nieve que se derretiría con la llegada de la primavera.

El American Meteorological Society Journal, da una información significativa con respecto a las muertes relacionadas por el frío en comparación con las muertes relacionadas con el calor en Estados Unidos entre 1979 y 1999.

Durante el periodo de estudio 1979-1999, un total de 3,829 personas murieron a causa de calor excesivo en los Estados Unidos. Un promedio de 182 muertes al año. Para el mismo período de tiempo, 15,707 personas murieron de frío, un promedio de 748 muertes al año. Sobre la base de estas cifras, podemos decir que el frío es capaz de matar cuatro veces más personas que el calor.

Las fuentes de alimentación también se verían afectadas por las tormentas de hielo y nieve que darían lugar a más apagones y a interrupciones de suministro graves. En general, la infraestructura de muchos países no podría hacer frente a mes tras mes de frío excesivo. El transporte se vería severamente afectado por los fenómenos meteorológicos, provocando retrasos en las entregas de alimentos.

Así pues, las posibles consecuencias de un enfriamiento global son enormes y nos podríamos enfrentar a una época de grandes dificultades en muchos lugares del planeta.