El Confidencial viaja a la aldea El Rodeo, donde la erupción del Volcán de Fuego sepultó a decenas de personas el pasado domingo, y donde los supervivientes aún buscan a sus seres querido.
© ReutersBomberos y trabajadores de los equipos de rescate buscan supervivientes en San Miguel Los Lotes, el 4 de junio de 2018.
La aldea El Rodeo de
Guatemala no para de expulsar humo. Allí continúan sepultadas
decenas de personas bajo toneladas de lava del Volcán de Fuego, que este domingo sufrió
su mayor erupción en varias décadas. Las lluvias han obligado a suspender la búsqueda de cuerpos hasta el amanecer del miércoles, y cada vez se hace más complicada la posibilidad de encontrar algún superviviente en este paraje teñido de gris por el manto de ceniza que lo cubre todo. Apenas sobresalen los tejados de algunas viviendas que han quedado enterradas, y con ellas muchos de sus habitantes que no tuvieron tiempo de huir cuando el coloso
expulsó su colada a 700 grados centígrados, arrasando con las aldeas construidas en sus faldas y causando la muerte, por el momento, de 69 personas.
Hoy el paisaje es desolador, y solo la presencia de algún perro o alguna gallina que se niegan a abandonar el lugar recuerdan que éste estuvo habitado por cientos de personas, dedicadas fundamentalmente a la agricultura. Las pocas viviendas que han quedado en pie
mantienen en su interior una temperatura insoportable,
y un olor a azufre inunda todo el poblado hasta casi hacerse irrespirable.
Comentario: ¡La mayoría de nosotros simplemente no somos conscientes.... de que nuestro océano está siendo usado como un cubo de basura!