
Según indicó el INAM, las imágenes aluden a rituales de paso, curación, petición de lluvias o de culto a los cerros y fueron hechas por antiguas sociedades de cazadores-recolectores que ocuparon esa zona durante el primer milenio de nuestra era.
Entre las improntas también se hallaron representaciones religiosas e inscripciones correspondientes a la época colonial, realizadas por comunidades otomíes, así como otras hechas por rancheros y religiosos en los siglos XIX y XX.
"Los motivos pictóricos se hallaron en los municipios de Tierra Blanca, San Luis de la Paz, San Diego de la Unión, Xichú y Victoria, en Guanajuato", explicó el arqueólogo Carlos Viramontes, quien lidera la investigación en la zona.
"Dichos espacios, que se suman a los más de 70 sitios con arte rupestre hallados en dicha entidad desde finales de la década de los ochenta, fueron clasificados preliminarmente en dos grupos: los públicos y los privados", anotó.
En los sitios públicos, explicó el especialista, se cree que quizá participó un gran número de personas en la creación de la iconografía como parte de algún ritual, mientras que en los privados, dada la dificultad para llegar hasta ellos por hallarse escondidos en cañadas y barrancas, al parecer un pequeño número de individuos hacían ceremonias.
Las improntas encontradas aluden a figuras humanas, plantas y animales, algunos de ellos semejantes a seres fantásticos, así como algunos trazos geométricos y manos en colores rojo y negro, hechos por grupos de cazadores-recolectores.
"El acto de plasmar imágenes en roca iba más allá de dejar huella de la memoria colectiva de momentos históricos, climáticos y rituales, puesto que para ellos los abrigos y frentes rocosos utilizados para pintar, eran el punto de contacto entre el mundo material y el espiritual" explicó el INAH.
Sobre los trazos del siglo XIX, el instituto explicó que se observan cruces, altares y personajes pintados por rancheros, hecho que se determina por los trazos burdos y la pigmentación roja con la que fueron realizados, contrario a las figuras coloniales que están en blanco.
"Del siglo XX únicamente se encontraron pinturas de copas y cruces, quizá realizadas durante la Guerra Cristera, en la década de 1920, según referencias de la gente de la comunidad, quienes informaron que durante esa época el abrigo rocoso fue ocupado como refugio por diversos religiosos y donde realizaban algunos de sus ritos", anotó Viramontes.
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