Para combatir la crisis, una localidad irlandesa ha decidido dejar de lado el euro y volver a usar la divisa nacional para así mantener el dinero circulando.

Las evidencias de la recesión económica que azotan a Irlanda son difíciles de ignorar. En la calle principal de la ciudad de Clones, un pueblo del condado de Monaghan fronterizo con Irlanda del Norte, abundan las tiendas cerradas por la crisis. De hecho, tan solo mitad de ellas todavía ofrece sus servicios a los consumidores.

En busca de aliento para el sector comercial local, los empresarios decidieron dar un giro al pasado. Los comercios han vuelto a emplear como moneda de cambio la vieja libra irlandesa o punt. Todo aquel que pague con libras recibe cambio en cupones que pueden gastar en ciertos comercios del pueblo.

"Si alguien nos trae libras irlandesas, no importa cuánto gaste, le daremos el cambio en bonos de la ciudad que podrá gastar en un supermercado, en un hotel o en algún bar local. Es un plan muy bueno para Clones. Funciona de manera que todo el dinero se queda en la ciudad", dijo el comerciante Tony Morgan a RT.

Y es que se estima que el total de las libras irlandesas que la población tiene guardadas o simplemente mantiene como recuerdo equivalen a unos 240 millones de euros. Una cifra que no salvaría a todo el país, pero sí contribuiría considerablemente a que esta urbe alivie la depreciación económica que sufre por la crisis.

Sin embargo, cambiar las libras para sanear la economía local no es la solución definitiva para Clones. Los vecinos denuncian que el incremento de la carga fiscal nacional resulta cada vez más demoledor.

"No es sólo la ciudad de Clones la que está sufriendo sino todo el país. Con todas estas medidas de austeridad; la subida del precio del agua que se espera ocurra pronto; el aumento anual de las rentas y el alza del impuesto comercial del 2% hasta el 23%.... nos vimos obligados a emprender acciones que mejoren la situación", agregó Morgan.

Los comerciantes aseguran que el uso de las libras no tiene nada que ver con cuestiones políticas, más bien se trata de una estrategia para mejorar su calidad de vida. Tampoco pretenden acabar con el euro.

Asimismo, la libra no solo beneficia a los residentes sino que también atrae a muchos visitantes que tienen algo de dinero para cambiar e invertir así en la mejora de la ciudad.

"Sí, realmente funciona. Mucha gente viene desde otro lado de la frontera, de Belfast en particular. Muchos gastan sus libras en Clones. Tengo compañeros de Antrim que se cortan el pelo aquí y me pagan en libras. Es genial, es una ayuda", dijo a RT el peluquero Emmet Cassidy.

Una década después de que Irlanda introdujese el euro como moneda, la vida de sus habitantes está lejos de ser perfecta. Tras la adopción de una divisa común, la esperanza de los irlandeses no hace que miren al futuro, sino hacia el pasado.