Stephen St. Bernard, conductor de autobuses de 52 años, paró la caída extendiendo los brazos.

Un neoyorquino salvó a una niña de siete años que resultó ilesa pese a caer desde una altura de tres pisos de un edificio de Brooklyn, ha informado este martes la prensa local.


Stephen St. Bernard, de 52 años, se ha convertido en un héroe para la ciudad de Nueva York, después de que varios medios de comunicación locales dieran a conocer ese suceso que ocurrió el lunes en un edificio de apartamentos de Coney Island, un barrio de Brooklyn.

St. Bernard, conductor de autobuses del área metropolitana, logró parar la caída de la niña, Keyla McCree, al extender sus brazos y provocar que la pequeña cayera sobre unos setos y no se hiciera ni un solo rasguño, aunque permanece hospitalizada por el momento.

"Es un milagro", dijo Shaleema McCree, la madre de la niña, que padece de autismo, según señala el diario New York Post, que también recoge que agradeció a St. Bernard el rescate de la pequeña.

Imágenes de un vecino

Las imágenes del dramático descenso fueron captadas en vídeo por un vecino con su teléfono y se han emitido en las televisiones locales.

Según la policía, Keyla retiró el fuelle entre la caja del aire acondicionado y la ventana para encaramarse sobre el aparato, desde donde saltó al vacío sujetando con sus manos los bordes de su vestido, como si fuera un paracaidista.

El salvador de Keyla, que señaló que la niña "estaba bailando y sonriendo", inconsciente del peligro que corría, ha sido atendido en un centro hospitalario de las lesiones que se hizo en un brazo.