El análisis de dientes fosilizados indica que los Andes chilenos ya tenían pastizales antes de que aparecieran en otras partes del mundo.
© V. Simeonovski & D.A. CroftReconstrucción del Mesoprocta hypsodus, un roedor extinto hace 13 millones de años en Bolivia, relacionado con el nuevo Andemys termasi de Chile.
Un equipo paleontológico que incluye a científicos del Museo Americano de Historia Natural, la Universidad de California en Santa Bárbara y la Universidad Case Western Reserve
ha descubierto dos especies de roedores que vivieron hace 32,5 millones de años en América del Sur, una de ellas la chinchilla más antigua que se conoce. El hallazgo también parece indicar el lugar en el que aparecieron los primeros pastizales del mundo.© DesconocidoEoviscaccia frassinettii, relacionada con la moderna chinchilla.
Las dos nuevas especies vivían cerca de una cadena de volcanes en lo que ahora son las empinadas laderas del valle del río Tinguiririca, en los Andes chilenos. A través del estudio de los dientes de la antigua chinchilla los científicos dedujeron que estos animales vivían en un ambiente abierto y seco 15 millones de años antes de que los pastizales surgieran en otras partes del mundo.
«El fósil de la nueva chinchilla ofrece nuevas evidencias importantes de que los primeros roedores, como otros mamíferos de América del Sur, desarrollaron maneras de hacer frente a una dieta abrasiva (en la que el alimento necesita más tiempo para ser procesado en la boca) mucho antes de que grupos de caballos, ovejas y otros mamíferos en otros continentes «inventaran» la forma de hacer que sus dientes se desgastaran muy poco a poco © DesconocidoValle del río Tinguiririca
mientras comían pastos duros», dice John Flynn, del Museo Americano de Historia Natural y coautor del artículo.
Las nuevas especies son el Andemys termasi (ratón de los Andes) y el Eoviscaccia frassinettii, y han resultado ser los segundos roedores más antiguos descubiertos en América del Sur. El más antiguo fue hallado recientemente en Perú y tiene 41 millones de años.
Las nuevas especies se distinguen por sus dientes. Mientras que los antiguos roedores de Perú tenían muelas con una corona que se extiende solo a la línea de las encías, la chinchilla chilena tiene coronas altas que se extendían por debajo de las encías, lo que le permitía comer alimentos ásperos como la hierba. Ese patrón dental, que aparece en muchos otros herbívoros de América del Sur, se llama hipsodoncia, la cualidad de tener los dientes de copa alta, un rasgo que surgió en múltiples tipos de animales, como caballos, cabras y vacas. La hipsodoncia se interpreta generalmente como una adaptación que surgió en respuesta a la propagación de los entornos verdes.
En balsas de residuosLa edad de los fósiles indica a los investigadores que el valle del río Tinguiririca era una llanura cubierta de hierba en el momento en el que fue enterrada por una erupción volcánica. Esto significa que los Andes chilenos tenían esos paisajes llanos unos 15 millones de años antes de que estos ecosistemas aparecieran en otros continentes.Eoviscaccia frassinettii, que se relaciona con la chinchilla moderna, y, Andemys termasi, relacionado con un grupo menos conocido que incluye los agutíes, pertenecen a lo que originalmente fue un grupo de roedores exclusivos de América del Sur llamados caviomorfos. Esta familia incluye al puercoespín del Nuevo Mundo, el conejillo de indias, y muchos otros.
Los científicos creen que los antepasados de estos animales llegaron a América del Sur desde África en balsas de residuos. Una vez allí, los caviomorfos se diversificaron en algunas de las especies únicas que vemos hoy.
La investigación aparece publicada esta semana en American Museum Novitates, una revista científica del Museo Americano de Historia Natural.
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