gata Holly
© ABC.NEWSHolly posa feliz junto a sus duelos
Una pequeña gata estadounidense ha conseguido poner en duda el dicho de que el perro es el mejor amigo del hombre. Para ello,. ha tenido que recorrer más de 300 kilómetros para reunirse con sus dueños tras perderse durante unas vacaciones, según ha informado «ABC News»

Todo comenzó el pasado noviembre cuando Jack y Bonnie Richter decidieron que su gata Holly les acompañaría a Daytona, una zona situada a más de 300 kilómetros de su hogar de Palm Beach, Florida.

Sin embargo, lo que comenzó como un apacible viaje terminó como una tragedia cuando el animal se asustó y salió huyendo de la caravana de sus dueños debido a unos fuegos artificiales. En ese momento empezó el calvario para los Richter, que trataron sin éxito de encontrar a Holly durante varias horas e, incluso, pusieron bajo aviso a las autoridades locales de su pérdida. Finalmente, y para su disgusto, decidieron que sería imposible encontrar a su mascota y volvieron con pesar a su hogar.

Pero lo que no se podían ni imaginar es que Holly acababa de comenzar su propia aventura para regresar junto a ellos. Armada tan sólo con su sentido de la orientación, esta gata recorrió los más de tres centenares de kilómetros que la separaban de su hogar en apenas 62 días con la firme intención de reencontrarse con Jack y Bonnie.

Transcurrido el trayecto, las fuerzas pudieron con Holly, que cayó desplomada frente a la casa de una vecina de Palm Beach (Barb Mazzola), situada a menos de dos kilómetros de la de sus dueños. «Estaba muy flaca y débil. Casi no podía ni caminar», señaló la improvisada salvadora.

Al ver su estado, Mazzola compró alimento para el animal y acudió a un veterinario para que analizasen su chip. Tras ello, se puso en contacto con sus dueños, que no pudieron contener la emoción ante la noticia. «Fue todo un viaje para esta pequeña, {...} simplemente no me puedo creer que haya vuelto a casa», señaló Jacob Richter.

«Todos los animales tienen sentido de orientación, pero es muy raro que los gatos encuentren el camino a casa a través de distancias largas», afirmó Marty Becker, el veterinario que atendió a Holly. «Es un milagro», finalizó.