A medida que el nuevo año comienza, y nos fijamos en el estado de nuestro mundo y el de su población, encontramos pocas razones para tener esperanzas en el futuro. Guerras, rumores de guerras y sufrimiento a una escala cada vez mayor parecen ser tendencias en boga. La culpa, por supuesto, reside plenamente en nosotros mismos, la población civil, no tanto por todo lo que estamos haciendo, sino más bien por lo que, en conjunto, no estamos haciendo. Nuestros líderes políticos están, naturalmente, muy contentos con este estado de las cosas, ya que han invertido muchos años y mucho esfuerzo en aplacar y anestesiar la "gente pequeña" a través de propaganda tóxica y alimentos tóxicos. ¿Pero acaso ha tenido la flor y nata de la sociedad demasiado éxito?
Si su principal razón para levantarse e ir a 'trabajar' por la mañana (o la tarde) era librar guerras de silencio político (y, a menudo, militar) para salvaguardar su propia supremacía frente a la amenaza de una multitud furiosa de plebeyos despiertos, ¿qué harán ahora que esa amenaza ha sido neutralizada? ¿Dónde irá a parar toda la rabia narcisista autojustificada? Si miramos el reino animal (que es un lugar bastante bueno para buscar una analogía en este caso) nos encontramos con que en situaciones similares, los animales depredadores tienden a volverse el uno en contra del otro.
La esperanza es eterna, como se dice, pero quizá no en la forma que esperamos.

Una pelea estalla en la sala del Parlamento en Kiev, Ucrania, después de que huevos fueran lanzados en el podio durante un debate sobre un acuerdo entre Rusia y Ucrania para ampliar la presencia de la Flota rusa del Mar Negro en Ucrania hasta 2042.

Se llevó el huevazo por proteger al jefe de Ucrania. Un ataque de precisión y maravilloso "ovoejemplo" de debate político elocuente.

La noticia de que la farsa de Silvio Berlusconi no llega a su fin fue recibida con escándalo y un golpe de karate o dos por parte de varios políticos italianos en diciembre.

Payasadas de género mixto en el parlamento argentino en noviembre, cuando Graciela Camaño puso en marcha una preventiva bofetada "cabeza arriba" a Carlos Kunkel después de que éste se comportara desagradablemente.

La segunda ronda en el Parlamento de Ucrania - diciembre 2010. Aquí podemos ver la evolución de la guerra, donde algunos de los machos alfa han aprendido a usar los muebles como armas rudimentarias.
Sé que no es para reirse... pero van a tener que disculparme porque esta vez no deja de ser trágicamente cómica la situación. Aún así no abrigaría demasiadas esperanzas ni le daría demasiado significado a estos hechos. Creo que en buena medida estas escaramuzas son parte del circo.