Comentario del libro: Steve Goreham, The Mad, Mad, Mad World of Climatism - Mankind and Climate Change Mania, New Lenox Books, New Lenox IL USA, 2012.
En el Capítulo 5, Goreham critica otras cuatro conclusiones científicas básicas del climatismo.
1. ¿El dióxido de carbono (CO2) conduce el clima de la Tierra?
Según el climatismo, el CO2 conduce el clima de la Tierra; y, más aún, lo ha conducido a lo largo de toda la historia. La pequeña contribución del CO2 al efecto invernadero atmosférico, que es sólo uno de los muchos procesos físicos de la Tierra, se ha convertido en la explicación de la marcha global del clima, y hasta de los terremotos y tsunamis.
Sin embargo, el clima de la Tierra es un sistema caótico y complejísimo, en el que intervienen cientos de factores, entre ellos la radiación del Sol, los rayos cósmicos de las estrellas, la fuerza gravitatoria de la Luna, las nubes, los volcanes, las corrientes oceánicas, etc. "Sólo cuatro de cada diez mil moléculas del aire son dióxido de carbono. En toda la historia humana, las emisiones de origen humano son responsables de agregar sólo una fracción de una de esas cuatro moléculas" (p. 72). Los océanos tienen más de 250 veces la masa de la atmósfera y retienen unas 1.000 veces más calor. "Pero los climatistas están obsesionados con el efecto invernadero, el calentamiento causado por la absorción de la radiación infrarroja saliente de los vestigios de gas dióxido de carbono" (p. 74). La contribución del CO2 al efecto invernadero atmosférico es de tan sólo el 19%. El 75% corresponde al vapor de agua y las nubes, y el 6% al metano y otros gases. Del 25% correspondiente al CO2 y al metano, sólo un 3% es de origen humano. Por lo tanto, en principio la humanidad es responsable de menos de un 1% del efecto invernadero.
Hacia el final de esta sección, Goreham cita al físico Freeman Dyson, quien sostiene que los modelos de computadoras de los climatólogos describen muy mal el mundo real. Éste "está lleno de cosas como nubes, vegetación, suelo y polvo, que los modelos describen de un modo muy pobre" (ídem).
2. ¿El aumento del CO2 se debe al hombre?
La variación del CO2 de la atmósfera a lo largo del tiempo se estima midiendo la composición de las burbujas de aire atrapadas en hielo o contando el número de estomas de hojas de plantas. Por lo común los climatistas se basan en el primer método. El segundo método ha dado resultados de hasta 400 ppm (partes por millón) de CO2 en el año 500 DC, un nivel superior al actual. Además, ha mostrado cambios de más de 50 ppm por siglo, un cambio que, según los climatistas, sólo puede ocurrir debido a emisiones de origen humano.
Los datos de los núcleos de hielo de la estación Vostok en la Antártida muestran una fuerte correlación entre la temperatura y la concentración de CO2 en los últimos 400.000 años. De allí los climatistas, desestimando la teoría clásica de los Ciclos de Milankovich, deducen que la variación del CO2 ha sido la causa principal de las cuatro edades de hielo y los cinco períodos cálidos interglaciales de esos años. Sin embargo, una mirada más atenta muestra que la concentración de dióxido de carbono, aunque tiene una evolución similar a la temperatura, sigue a ésta con un retardo de unos 500 años, por lo que sus cambios no pueden ser la causa de los calentamientos y enfriamientos. "Lo más probable es que las temperaturas crecientes calentaron los océanos, los cuales luego se desgasificaron de dióxido de carbono, causando el aumento del CO2 atmosférico" (p. 80).
Por otra parte, debido a la Ley de Henry, los 6 mil millones de toneladas de carbono emitidas anualmente por el hombre deben ser vistas en relación, no solamente con los 750 mil millones de toneladas de la atmósfera, sino con los 40.000 miles de millones de toneladas de carbono de todo el sistema del clima.
Comentario: Para ver un excelente análisis sobre esto vea: Erupciones volcánicas, aumento del CO2, océanos hirviendo y por qué el calentamiento global causado por el hombre ni siquiera es incorrecto
Y también:
El benigno CO2, a pesar de los mentirosos "calentólogos"
La Mentira del CO2 y el Efecto Invernadero
3. ¿El vapor de agua produce una realimentación positiva?
El dióxido de carbono, por sí mismo, no puede causar un calentamiento global catastrófico. Los modelos del clima alcanzan sus conclusiones alarmantes asumiendo que el vapor de agua multiplica el calentamiento producido por el CO2.
Sin embargo, un conjunto creciente de datos indica que la sensibilidad del clima a los cambios de nivel del dióxido de carbono atmosférico es baja.
A) Las mediciones desde satélites muestran que el nivel de vapor de agua atmosférico se mantuvo relativamente constante en los últimos 30 años.
B) Recientes publicaciones científicas han sostenido que el efecto del vapor de agua podría ser una realimentación negativa (o sea, una amortiguación del calentamiento), en vez de positiva.
C) Los modelos del clima de los catastrofistas (=climatistas) predicen la formación de un "punto caliente" en la tropósfera, centrado sobre el Ecuador; pero las mediciones de temperatura realizadas desde los años '60 por miles de globos no muestran ninguna señal de ese "punto caliente".
4. ¿Es correcto ignorar al Sol?
El climatismo sostiene que el Sol es un factor poco significativo en el cambio climático debido al carácter muy constante de su enorme influencia en el clima. De 1610 a 1995 hubo una muy buena correlación entre el número de grupos de manchas solares y la temperatura de la Tierra. La gráfica correspondiente encaja bien con los dos mayores fenómenos climáticos del período: la Pequeña Edad de Hielo y el Período Cálido Moderno. Pero aunque esa correlación era muy alta, los cambios en los niveles de irradiación de la luz solar eran tan pequeños que no parecía que pudieran explicar los cambios de temperatura.
Sin embargo, en los años '90 científicos daneses (Svensmark, Marsh y otros) encontraron el eslabón faltante del clima: los rayos cósmicos y las nubes. Con base en datos experimentales, Svensmark formuló la siguiente teoría: "La actividad de las manchas solares refuerza el viento solar, o campo magnético solar, el cual bloquea una porción de los rayos cósmicos que entran a la atmósfera de la Tierra. Menos rayos cósmicos significan menos iones creados por colisiones con los gases atmosféricos. Menos iones proveen menos núcleos de condensación de nubes para la formación de nubes de baja altitud. Menos nubosidad de bajo nivel refleja menos luz solar, por lo que más luz solar es absorbida por la tierra y los océanos de la Tierra, haciendo que la Tierra se caliente" (p. 96). Una disminución del nivel de actividad de las manchas solares produce el efecto inverso: un campo magnético solar más débil, más rayos cósmicos que entran a la atmósfera, una Tierra más nubosa y más fría.
Comentario: Vea también:
Baja actividad solar podría significar una pequeña edad de hielo
La próxima era de hielo ya ha comenzado: el enfriamiento global continuará el siglo XXI
El Sol tiene efectos regionales en el clima de la Tierra
El mínimo de Maunder: ¿Qué le sucedió al Sol entre 1645 y 1715?
La disminución de la Actividad Solar, desconcierta a científicos (Vídeos)
La próxima era glacial - ¿Inviernos extremos? La culpa es del Sol
Formación de nubes, ligada a rayos cósmicos
Goreham concluye el capítulo subrayando que el mundo es como parece ser:"el Sol, el tiempo y las nubes y los ciclos de los océanos son las fuerzas dominantes que dan forma al clima de la Tierra. El dióxido de carbono, ese gas invisible y vestigial que es culpado de nuestra predicha destrucción del clima, es sólo una parte minúscula del cuadro" (p.99) (Continuará).
Nota del autor: Las traducciones del inglés son mías.
Comentario: Es verdad que el planeta Tierra ha cambiado de manera cíclica muchas veces en la historia y que quizás estos ciclos son mecanismo naturales del planeta, sin embargo no debemos descartar otros factores externos que quizás pudieron haber contribuido al cambio climático y las catástrofes asociadas al mismo, a lo largo de la historia.El hecho de que este cambio se esté dando en todo el Sistema Solar y no solamente en la Tierra, no da mucho para pensar y analizar; por suerte hay gente que lo está estudiando. No dejen de leer los siguientes artículos que contienen información muy importante considerando todos los fenómenos que venimos observando y las posibles implicaciones de los mismos ¡Estar informado es estar prevenido, y estar prevenido puede hacer la diferencia de su destino!
En su libro "Cometas y los Cuernos de Moisés", Laura Knight-Jadczyk se embarcó en un análisis de la historia y los registros disponibles para intentar resolver este misterio, mostrando como es muy posible que los impactos cometarios hayan influído en la caída de muchas civilizaciones a lo largo de la historia, así como la influencia de estos en fenómenos como las pestes y los cambios climáticos.
A continuación, ofrecemos varios fragmentos relevantes de este fascinante libro:
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