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Científicos británicos demostraron por primera vez cómo se desarrollan las "conexiones" de nuestro cerebro en los primeros meses de vida y señalaron que los hallazgos ayudarán a comprender una serie de trastornos cerebrales y psiquiátricos.

A través de una nueva técnica por imágenes, investigadores del Instituto de Psiquiatría del King's College de Londres monitorearon los cerebros de bebés para controlar la formación de cubiertas aislantes alrededor de las células nerviosas.

El equipo halló que a los 9 meses, el proceso -conocido como mielinización y vital para un normal funcionamiento del cerebro- era visible en todas las zonas cerebrales y que en algunas regiones se había desarrollado casi como a nivel adulto.

"Ya sabíamos que las cubiertas aislantes de mielina forman la piedra fundamental de nuestro desarrollo neurológico. Sin ellas, los mensajes hacia y desde el cerebro se desorganizarían", dijo Sean Deoni, quien dirigió el estudio, publicado en Journal of Neuroscience.

"Al saber exactamente cómo se desarrolla la mielina y cuándo este proceso fracasa, esperamos poder personalizar tratamientos para pacientes vulnerables, como los bebés prematuros, y comprender qué diferencia a quienes se desarrollan normalmente de quienes tienen un retraso o discapacidad", agregó el autor.

"Al saber exactamente cómo se desarrolla la mielina y cuándo este proceso fracasa, esperamos poder personalizar tratamientos para pacientes vulnerables, como los bebés prematuros, y comprender qué diferencia a quienes se desarrollan normalmente de quienes tienen un retraso o discapacidad", agregó el autor.

Se cree que el daño en el proceso de mielinización podría contribuir en una serie de enfermedades neurológicas y psiquiátricas, como el autismo y la discapacidad mental.

En los bebés muy prematuros, la mielinización puede ser particularmente propensa a la falla, y los expertos indicaron que esperan que su nueva técnica por imágenes en el futuro permita a los médicos medir directamente si los tratamientos brindados a los prematuros pueden ayudar a un desarrollo cerebral normal.

El equipo de Deoni evaluó a 14 bebés saludables que nacieron a término. Se los monitoreó mientras estaban dormidos a través de un resonador especialmente modificado, silencioso y amigable para los pequeños.

Para crear un panorama de su desarrollo de la mielina, los científicos evaluaron a los bebés mensualmente entre los 3 y los 11 meses y hallaron que a los 9 meses de edad, se podía ver que la mielinización se había desplegado en todas las áreas del cerebro.