Imagen
© Desconocido
Alejandro Ferzola y su aeronave continúan sin aparecer. Las nuevas rutas de rastrillajes aún no dieron resultados. Habló la última persona que lo vio con vida.

La desaparición del helicóptero Robinson 44, matrícula LVZYO, se produjo el pasado 2 de enero. Contratado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), debía viajar hasta Santa Teresita como soporte del operativo de seguridad en las rutas. Pero nunca llegó a destino.

Hace diez días, voceros de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) anunciaron a la familia que "se trazaron nuevos caminos de búsqueda y se realiza un rastrillaje muy fino para dar con el paradero del helicóptero y el piloto".

El rastrillaje se amplió hasta Pinamar, hacia donde estiman podría haberse dirigido sin cargar combustible en Santa Teresita como estaba previsto, y también se dividió la zona en cuadrículas para trabajar mejor.

No obstante, aún no hubo resultados positivos.

Con respecto a la posibilidad de "peinar" la Bahía de Samborombón, las autoridades descartaron enviar una pequeña embarcación debido a que los primeros 10 kilómetros de costa no superan el metro y medio de profundidad y se complicarían las tareas.

La última persona que lo vio con vida fue Marcos Sacchi, presidente del Aeroclub de Brandsen. Desde allí partió el helicóptero para la Costa.

"Era cerca del mediodía. Lo saludé y me fui porque estaba concentrado en el vuelo que tenía que hacer. A los pilotos en esos casos hay que dejarlos tranquilos porque tienen que hacer una lista de chequeo previo y a ningún piloto le gusta que le estén conversando en ese momento", contó Sacchi.

Cuando se enteró que nunca había llegado a destino, el presidente se dirigió hasta el aeroclub, con la esperanza de encontrarlo de vuelta. "Fui enseguida a mirar el hangar para ver si estaba allí, pero no. Igual, ¿quién se iba a imaginar que iba a desaparecer así?", sentenció, en una charla con Diario Popular.