Un niño de un año de edad cayó accidentalmente de un octavo piso en un edificio de viviendas de la ciudad rusa de Petrozavodsk pero, sorprendentemente, solo se rompió una pierna. Está ingresado en un hospital de la localidad.
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El suceso ocurrió en esta ciudad dormitorio el pasado día 7, cuando el pequeño, que acababa de cumplir su primer año de edad apenas un mes antes, se asomó a una ventana que estaba abierta y se precipitó al vacío.

Afortunadamente, el cuerpo cayó sobre la nieve, lo que salvó la vida al pequeño en un suceso que las autoridades locales no han dudado en calificar de auténtico "milagro".

Al parecer, la madre del bebé, de 17 años de edad, se había ausentado de la casa y había dejado al bebé sin ningún tipo de cuidado. No obstante, por el momento los investigadores no han encontrado motivos para acusar a la madre y a su compañero, de 23 años, de negligencia, según informa la agencia rusa Itar-Tass.