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© puebloenlinea.comArqueólogos realizarán pruebas de ADN para determinar la raza de los caballos
Arqueólogos chinos hallaron las osamentas de 80 caballos en dos fosas de sacrificio del mausoleo de un emperador de la dinastía Han del Oeste, en China. Según investigadores, con este descubrimiento se reaviva la leyenda sobre los misteriosos "equinos celestiales" del centro de Asia.

El investigador del Instituto de Arqueología China, Yang Wuzhan, señaló que el descubrimiento se realizó en la ciudad de Xingping, en la provincia noroccidental de Shaanxi, y explicó que las osamentas estaban "en una gran caverna" que contiene 20 cuevas.

Señaló que cada cueva "está protegida por dos sementales y un guerrero de terracota".

Yang Wuzhan y su equipo de arqueólogos comenzaron a excavar las dos fosas en septiembre de 2009, pero solo hasta ahora decidieron hacer público el descubrimiento.

El investigador chino reveló que pronto llevarán a cabo pruebas para intentar determinar la raza de los caballos. Sin embargo, adelantó que los arqueólogos practicaron exámenes de laboratorio a los huesos, gracias a los cuales pudieron establecer que todos pertenecen a machos adultos.

"Este hallazgo podría reavivar la vieja leyenda de los caballos que sudaban sangre", dijo Yang.

"Según la leyenda, el emperador Wu Di ofreció una enorme recompensa para quien pudiera encontrar un pura raza que supuestamente sudaba sangre, y del cual se decía que era común en Asia central (principalmente lo que hoy es Turkmenistán), pero rara vez había sido visto en China", indicó el arqueólogo.

En la actualidad, expertos consideran que los misteriosos corceles eran en realidad ejemplares de la raza Akhal Teke, una de las más antiguas y particulares del mundo.

El registro más antiguo sobre ese tipo de equino en China fue dejado por el propio Wu Di, en un poema que creó para su montura Akhal Teke, a la que describió como "un caballo celestial".

El corcel ha sido famoso por su velocidad y resistencia, así como porque algunos ejemplares transpiran un fluido rojizo a la sangre cuando se les exige un gran esfuerzo físico.

El mausoleo del emperador de la dinastía Han del Oeste empezó a construirse en el año 139 antes de Cristo (a.C) y se concluyó 53 años después.