Lima, 26 feb (PL) Cinco muertos y el cierre de la principal carretera de acceso a la región andina es el saldo de torrenciales lluvias en distintos puntos del Perú, que causan avalanchas e inundaciones que además afectan campos de cultivo e infraestructura diversa,

Los cinco decesos se registraron en las regiones andinas de Cusco y Puno, esta última colindante con Bolivia, y que junto a la sureña de Arequipa son las más afectadas, según la Defensa Civil.
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El director regional de Defensa Civil de Cusco, Gustavo Infantas, confirmó las muertes de Rusbel Taipicuri, Wilberto Ajon y un hombre no identificado en la provincia de La Convención, que fueron arrastradas un alud de lodo y piedra.

En Puno murieron sepultados por una avalancha, en la comunidad de Phusca, el dirigente comunal Amelio Mayta Apaza, y el teniente gobernador, Adam Uriel Uribe.

En Lima, la superintendente de Transporte Terrestre (Sutran), María Jara, dijo que el cierre de la Carretera Central, por la que se abastece Lima de productos agrícolas de la selva y los valles andinos centrales, estará cerrada al menos hasta mañana, por deslizamientos caídos sobre varios puntos.

Centenares de pasajeros y vehículos de carga están varados en la vía o se ven obligados a remontar a pie puntos bloqueados, mientras miles de personas se agolpan en terminales de transporte de Lima y ciudades trasandinas, sin poder viajar.


Jara señaló que el cierra es virtualmente por tiempo indefinido, pues si bien maquinaria pesada se emplea para despejar los derrumbes, de haber nuevas lluvias torrenciales como las que anoche provocaron los aludes, la ruta seguirá clausurada.

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"La vía puede estar recuperada en 24 horas, siempre con la condición de que el clima no genere más lluvias", declaró, al señalar que la mayor avalancha está localizada en un tramo ubicado a 82 kilómetros al este de Lima.

La superintendencia de Transportes informó que hay cinco rutas alternativas a la Carretera Central, que pueden usarse para llegar a la región andina y a la selva central, aunque solo para vehículos ligeros, pues no son seguras para autobuses y camiones de alto tonelaje.

La interrupción de la ruta desató el encarecimiento de los pasajes a esos territorios, con precios especulativos, y en los mercados limeños comenzó a sentirse similar impacto en los precios de productos provenientes de la región andina central.