A medida que avanza el reloj hacia las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre, también se acaba el tiempo para una oportunidad de terminar la guerra de cinco años en Siria; que ha costado más de 300.000 vidas y ha desplazado a la mitad de la población siria.
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© Jacquelyn Martin / Reuters
Mientras que el ejército sirio y sus aliados completan el cerco alrededor de Alepo, y abren corredores humanitarios en conjunto con Rusia para otorgar a civiles y "rebeldes" (siempre y cuando entreguen las armas) la oportunidad de irse de forma segura y de ser provistos con ayuda humanitaria; se nos podría perdonar por creer que vemos el final de esta detestable guerra en el horizonte. Sin embargo, la coalición Jaysh al-Fateh, presentándose mayoritariamente como el grupo rebautizado y muy bien equipado, Jabhat Fateh al-Sham; recientemente llevó a cabo contraataques que violaron las líneas de asedio; aunque no han logrado aún abrir rutas seguras para los nuevos suministros, combatientes y armas, así como para lanzar nuevos contraataques.

Mientras tanto, las encuestas fluctúan sobre quién es el favorito entre Hillary Clinton y Donald Trump para convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos, y nosotros aún no podemos predecir con confianza quién va a ser el comandante en jefe que presida sobre el conflicto sirio y, por lo tanto, qué cambios políticos puedan ocurrir. Las agresivas fluctuaciones ven a Clinton a la cabeza con la enorme distancia de 15 puntos, 48 frente a un 33 por ciento; esto de acuerdo con una encuesta de McClatchy-Marist. Tan sólo 48 horas después, una encuesta de opinión de Reuters/Ipsos posicionó a Clinton a la cabeza con un estrecho porcentaje de 42 a 39. El amor de Clinton por la guerra causa gran consternación, por no mencionar lo que ella podría poner sobre la mesa en lo que respecta a la guerra en Siria.

Una cosa está clara: Clinton es la favorita, y todos deberíamos de prepararnos para lo que está por venir con Clinton como líder del "mundo libre". Clinton ya tiene un equipo preparado de halcones de guerra neoconservadores que están esperando su momento de entrar en escena, algo nada difícil de encontrar en una organización política de EE.UU. dominada por neocons sedientos de guerra y conquista. El hecho de que esta camarilla esté maniobrando por posiciones en su probable administración, no presagia algo bueno para el conflicto sirio, o las relaciones con Rusia. Examinemos a algunos de los candidatos y sus jactanciosas reputaciones de belicismo y rusofobia.

El General Phillip Breedlove

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Antes que nada, tenemos al comandante aliado supremo de la OTAN. Breedlove hizo su mejor esfuerzo para incrementar la guerra en Ucrania y proveer a Kiev de armas pesadas en su guerra en contra de los separatistas respaldados por los rusos en Donbass. En una declaración que estremeció a los alemanes, Breedlove afirmó que Rusia había enviado a Donbass "más de mil vehículos de combate, fuerzas de combate rusas, algo de su defensa aérea más sofisticada y batallones de artillería".

Para su vergüenza como un belicista impenitente, Breedlove también ha sido atrapado en la trampa de un hackeo a su correo. Entre las revelaciones encontramos que Breedlove reclutó los servicios de figuras militares y políticas muy importantes para tratar de influenciar un incremento en la guerra de Ucrania en el mismo momento en que se hicieron los acuerdos de Minsk 2; así como para proveer de armamento letal a Kiev, incluyendo un trato hecho "bajo la mesa" con Pakistán, el cual finalmente nunca se llevó a cabo.

A Breedlove se lo conoce por hablar con mucho entusiasmo sobre Rusia; acusándola de armar a los refugiados para poder desestabilizar a Europa y por lo tanto a la OTAN, nombrando a Rusia como la única amenaza existente para EE.UU y acusándola de buscar su renacimiento como una superpotencia y de imponer una esfera de influencia; más notablemente en el Báltico y en Europa del Este. Él es uno de los arquitectos del incremento cuádruple en gastos de defensa en Europa, supuestamente para proteger a Polonia y a los Estados del Báltico de la "agresión" rusa, mediante el fortalecimiento de la capacidad militar; pero en realidad es paranoia exagerada para sobornar al complejo militar/industrial.

Breedlove escribió un artículo en el número de julio-agosto de Foreign Affairs, que puede ser visto como un intento de asegurar el puesto de Secretario de Defensa bajo la Reina Hillary. Sin embargo, puede que tenga competencia con Michele Flournoy, otra neocon de corazón.

Michele Flournoy

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© AFPMortífaga y amante de la carnicería, Michele Flournoy.
La neocon Flournoy, quien está a la espera del puesto de Secretaria de Defensa bajo el mando de Hillary Clinton, está abogando esencialmente por una guerra total en Siria. Pero la idea de Flournoy de una zona de exclusión de bombardeos, hace innecesario el pretexto de la escalada militar en la lucha contra el EI. En realidad, ella quiere imponer un área de exclusión aérea para proteger a los "rebeldes moderados" respaldados por EE.UU y castigar a Damasco con ataques aéreos a instalaciones militares y de seguridad claves; si se atreven a resistirse de los subsidiarios estadounidenses.

De acuerdo con Flournoy, esta estrategia tiene como objetivo una campaña más efectiva para despedazar al EI. En primer lugar, la lógica retorcida de aplastar a Assad para permitir que Al-Nusra y sus aliados terminen con el EI, simplemente no funcionaría; y, segundo, crearía un Libia 2.0. De hecho, hay un poco de déjà vu al respecto, dado que Hillary ha sido la arquitecta del desastre libio y su potencial Secretaria de Defensa asignada parece apuntar a ser la arquitecta de un futuro desastre en Siria.

Sólo hay una pequeña cosa que Flournoy y su pandilla de neocons parecen olvidar: un país llamado Rusia. En Libia, Rusia tácitamente permitió la resolución que aprobaba una zona de exclusión aérea al abstenerse en la ONU para después observar cómo sus temores respecto a un aumento sobre el nivel de involucramiento en el derrocamiento del gobierno de Gadaffi se hacían realidad con el brutal asesinato televisado del un líder que huía desesperado.

Siria no va a ser una repetición de esto. Rusia, con la invitación del gobierno legítimo, está determinada a mantenerse en su curso, evitar la ejecución de Siria, asistir en la resolución del conflicto para terminar las hostilidades y tener un proceso definitivo de reformas políticas, incluyendo elecciones en el futuro.

La otra debilidad evidente en la singular lógica (ilógica) de Flournoy es que, si EE.UU. está buscando un socio fiable y potente para aplastar al EI, no necesita mirar más allá de Rusia. Desde el principio de su entrada a Siria, Rusia se ha acercado a EE.UU. con un espíritu de cooperación. Vladimir Putin y Sergey Lavrov han contactado repetidamente para formar una asociación en una verdadera coalición para luchar contra el terrorismo internacional. EE.UU se ha burlado de estos intentos y ha menospreciado de forma arrogante a Rusia en lo que respecta a su intervención legal y basada en altos principios, para ayudar a los pueblos sirios sitiados. Lavrov y John Kerry han tenido diálogos constructivos y parecía que incluso habían llegado a acuerdos tentativos; solamente para que después Kerry se echara para atrás y restableciera la distancia entre ellos. Kerry sintió cómo la ira de los neocons infestaba el establecimiento político y militar de EE.UU cuando mostró algo parecido a lo que llamamos relaciones diplomáticas normales con Lavrov; y dio marcha atrás rápidamente. Kerry está desafortunadamente ahogado por los neocons de corazón, quienes claramente piensan que siguen lidiando con una Rusia que está desapareciendo a la irrelevancia, como en la era de Yeltsin, y se suscriben a la teoría de que la diplomacia significa imponer demandas a quienes acabas de bombardear.

Flournoy buscará restablecer las reglas del juego del excepcionalismo americano y de hacer desaparecer a cualquier resistencia que se encuentre en el camino.


Victoria Nuland

La siguiente en el quinteto de la destrucción es Victoria "Galletitas" Nuland, con las infamias de: "Yats es el hombre" y "A la mierda la UE". Nuland fue la figura central en el derrocamiento del gobierno legítimo de Yanukovych en Ucrania, descrito por el ex líder de Stratfor como el golpe de Estado más descarado de la historia.

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Nuland y otros oficiales desplegaron una arrogancia y un desprecio sin precedentes hacia las autoridades de Kiev, mientras se pavoneaban en el Maidán repartiendo galletas e incitando a los protestantes en contra del gobierno. Esta exhibición abierta de la agitación para llevar al cambio de régimen, fue la culminación del trabajo hecho de manera encubierta tras las bambalinas, que involucró un despliegue de 5 billones de dólares, según Nulan. EE.UU. se había embarcado en un proyecto a largo plazo para tomar el control de Ucrania y someterla como otro vasallo europeo más. El acuerdo con la UE, la ascensión a la UE y la membresía de la OTAN, junto con la promesa de expulsar a Rusia de Sebastopol parecía una conclusión inevitable hasta que Yanukovych, al ser advertido por sus asesores de que el acuerdo con la UE le costaría al país 160 millones de dólares, anunció que éste tendría que ser reconsiderado. Furiosa por esto, Nuland, seguida de John McCain y Geoffrey Pyatt, continuó su aventura en Maidán. Ucrania ha estado sufriendo la burda injerencia de Estados Unidos desde entonces.

Nulan pasó por alto la plétora de milicias neonazis derechistas que incendiaron a Ucrania durante el derrocamiento en el Maidán. La matanza de civiles y policías en el Maidán no hirieron su susceptibilidad; tampoco el alboroto de aquellos como el Sector Derecho ni los batallones de Azov y Aydar, que tenían como blanco a todos aquellos que consideraban traidores o que no eran lo suficientemente nacionalistas. Este precio ha sido más que suficiente para entregar a Ucrania al Fondo Monetario Internacional y su receta de austeridad con recortes en el gasto social y la caída de los niveles de vida.

Quienes estén frustrados con que el escándalo de la filtración de la DNC [Convención Nacional Demócrata, por sus siglas en inglés - NdE] haya sido tergiversada para convertirse en un escándalo de hackeo ruso para ayudar a que Donald Trump gane las elecciones, solo deben mirar el episodio de "a la mierda la UE", para ver cómo las historias son suprimidas y reemplazadas con historias engañosas y falsas. ¿Cómo reaccionaron los enfermizos grandes medios de desinformación a las revelaciones escandalosas de que Nuland escogía uno por uno a los políticos para un gobierno soberano cuando éste ya existía? La historia se convirtió en: ¡Vaya, Victoria dijo una mala palabra! La vergüenza (efímera, como diciendo "mejor no nos fijemos en eso y regresemos a lo importante") de Nuland se convirtió en la historia y fue rápidamente remplazada por nuevos sucesos que los medios podían fabricar y distorsionar. De nuevo, recordando las filtraciones de la DNC, se prestó más atención a que Rusia hackeó la conversación telefónica.

Nuland está como pez en el agua en la guerra de la información, así que se sentiría como en su casa en la posición de secretaria de Estado. Ella se queja de la "gran cantidad de dinero" gastado en la propaganda rusa en los medios de comunicación como RT, mientras que defiende el gasto aún mayor en propaganda antirrusa, canalizada por medio de la Radiodifusora de la Junta de los Gobernadores a medios de comunicación como Voice of America, Radio Free Europe y organizaciones de noticias en ruso en el Báltico y Ucrania. Ella no tiene ninguna reserva en admitir que EE.UU lleva a cabo "programas de entrenamiento" para periodistas rusos en Europa, que después regresan a Rusia y ponen este "entrenamiento" en práctica. Perdón pero, ¿no es esto admitir la subversión? Sólo podemos imaginar el escándalo que habría si Rusia participara en tales esfuerzos con la meta de desestabilizar a EE.UU.

Tal como Breedlove, Nuland acusó a Rusia de ser responsable por el surgimiento dramático de refugiados, después de que interviniera en la guerra siria bajo la solicitud del gobierno legítimo de Bashar al-Assad. Ella acusa, sin vergüenza, a Rusia de ser cómplice de la tan llamada matanza de Assad en contra de su propia población, de prestar poca atención a los asuntos humanitarios, de no bombardear al EI, en vez de enfocarse en los infames "rebeldes moderados", y de tener como blancos a civiles y hospitales.

¿Podrá tanta belicosidad ser atenuada para comprometerse en diálogos constructivos con Rusia, o será alentada por la cacofonía de la histeria antirrusa para intimidar, amenazar y adoptar una escalada extremadamente peligrosa dirigida por el deseo inquebrantable de derrocar a Assad?

Leon Panetta

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© Departamento de Defensa, EE.UU El secretario de Defensa, Leon Panetta, con la secretaria de Estado Hillary Clinton en la conferencia de la OTAN en Munich, Alemania, 4 de febrero
Leon Panetta es un veterano en el establishment político, habiendo ocupado los puestos de Secretario de Defensa y director de la CIA entre 2009 y 2013. ¿Un retiro tranquilo para un hombre que ya ha sido responsable de más muerte y destrucción de lo que le correspondía? Tal vez pueda ser persuadido de cualquier plan de retiro con el puesto de Asesor de Seguridad Nacional, completando un trío de altas posiciones militares y de inteligencia.

Para Panetta, como para los otros en la camarilla de Clinton, todo se trata de bombardear, bombardear y bombardear. En una entrevista el 17 de julio con CBS News, Panetta repite la prescripción de Flourny: bombardear a las fuerzas sirias, imponer zonas de exclusión de bombardeos y enviar más fuerzas especiales. "Creo que es posible que el próximo presidente vaya a tener que considerar agregar fuerzas especiales adicionales en el terreno", dijo Panetta, "tratar de asistir a esas fuerzas moderadas que están tomando control del EI y de las fuerzas de Assad". Panetta continuó pidiendo ataques aéreos para "incrementar la presión sobre EI y también sobre Assad."

Panetta está siendo insincero al presentar a las Fuerzas Especiales como si estuvieran "tomando las fuerzas de Assad", cuando bien sabe que todos ellos están principalmente involucrados con las fuerzas kurdas del YPG y el SDF en la batalla contra el EI. La fusión continúa con su pedido de ataques aéreos, una política nueva y peligrosa.

Panetta está actuando en calidad de asesor para la campaña de Clinton. Sus lazos con la familia Clinton se remontan a 1994 cuando ejerció como Jefe de Estado de Clinton. Sus visiones de halcón serán apreciadas por Clinton en cualquier administración futura. En efecto, son dos pájaros del mismo nido. Su anhelo por el eterno reino del imperio del caos se ve reflejado en su creencia de que EE.UU. debía haber mantenido su presencia de combate en Irak después del 2011, que las armas y el entrenamiento deberían haber sido proporcionados a los "moderados" con anterioridad en Siria, y por haber estado en el momento de la acción cuando Libia fue bombardeada y pasó de ser una nación con relativa prosperidad a un pozo de violencia, terrorismo y caos.

Panetta fue virtualmente abucheado para que saliera del escenario cuando habló durante la Convención Nacional Demócrata, en la que, como muchos, se quejó de que Rusia había hackeado la DNC y que esto probaba su apoyo a Trump para presidente. Las personas en la audiencia corearon: "no más guerra". De forma perturbadora, y como señal de que los demócratas se convirtieron en canallas intervencionistas neocons y liberales, otras personas en la audiencia contraatacaron coreando: "EE.UU, EE.UU."

La salida del escenario está a la izquierda, Sr. Panetta. Por favor, salga y nunca regrese.


¿Una explosión de última hora para Michael Morell?

Tal vez podamos contar con un aspirante de última hora a un puesto en la camarilla de Clinton: Michael Morell, ex subdirector de la CIA. Durante el programa This Morning de CBS, le dijo a Charlie Rose que quería matar a los rusos e iraníes en Siria; para que "paguen el precio" fue su manera enigmática de decirlo:
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El ex subdirector de la CIA, Michael Morell, quien apoya a Hillary Clinton e insiste en que Donald Trump está siendo manipulado por el presidente ruso Vladimir Putin, dijo que los rusos e iraníes en Siria deben ser asesinados encubiertamente para "pagar el precio".

El ex jefe de la CIA, quien trabajó con Clinton mientras era secretaria de Estado, le dijo al co-anfitrión de CBS This Morning, Charlie Rose, que Irán y Rusia deberían "pagar un gran precio" en Siria - y con eso quería decir que había que matarlos.

"Cuando estábamos en Irak, los iraníes estaban dando armas a la milicia Chií que estaba matando a soldados estadounidenses", dijo Morell. "Los iraníes nos estaban haciendo pagar el precio. Necesitamos que los iraníes paguen el precio en Siria, necesitamos que los rusos paguen el precio", continuó.

Cuando se le preguntó si eso significaba matar a los rusos e iraníes, se mostró completamente de acuerdo, calificando la respuesta con un: "encubiertamente".
Parece que los neocons están tratando de superarse entre ellos mismo con estas declaraciones rimbombantes sobre Rusia. El odio visceral en las observaciones de Morell es inequívoco. Como era de esperarse, han suscitado poca reacción en los medios convencionales. Pronunciar una sola frase que suene remotamente amistosa hacia Rusia atraerá la atención de estos neocons como abejas a la miel, manchando a sus elegidos objetivos con desenfreno. Los comentarios de Morell van realmente más allá de los límites, abre muy bien el paso a la misma diosa de la guerra, Hillary Clinton.

Hillary Clinton, la diosa de la guerra

La Reina Hillary nunca vio una guerra que no le gustara. Su más grande guerra - con Rusia - puede que esté delante de ella, quien ya estuvo preparando el terreno para esta guerra imposible de ganar en 2010, cuando estaba al tanto de los planes de guerra secretos de la OTAN para atacar el flanco occidental de Rusia.

Clinton nunca se ha volteado de su propensión por la guerra y se ha desacreditado a sí misma al comparar a Vladimir Putin, el líder de uno de los países más poderosos sobre la tierra, con Adolf Hitler. Desde esta etapa, el tal promocionado "reinicio" con Rusia estaba bien enterrado.

Clinton se posicionó orgullosa con otros halcones de guerra intervencionistas liberales para apoyar la guerra en Irak, que se sumaron a las sanciones genocidas. Ella mostró la misma convicción con la guerra en Afganistán, otro país hecho pedazos por el intervencionismo estadounidense. Su dicho macabro: "vinimos, vimos, él murió", acerca de la ejecución de Muammar Gadaffi, la elevó a su posición de diosa de la guerra, aunque "demonio de guerra" probablemente sea más adecuado. Libia es ahora un país que ha sido arrojado desde la prosperidad a la desesperación, gracias a las maneras de proceder destructivas de la OTAN.

En el frente doméstico, Clinton y sus estrategas parecen estar confiando en convertir algo negativo - el hackeo a la DNC - en algo positivo; al manchar la imagen de sus oponentes haciéndolos ver como agentes del Kremlin falderos de Putin. Al culpar a Rusia de todas las enfermedades concebibles que uno se pueda imaginar, la campaña de Clinton y sus partidarios en el territorio mediático han encontrado la fórmula estándar: quienes critiquen a Clinton o intenten explorar las filtraciones de la DNC deberán ser etiquetados cuanto antes como secuaces del Kremlin.

Clinton ha vinculado a Trump y Putin en un supuesto "amor fraternal", una historia que está ganando adherencia en el terreno del pensamiento grupal enfermizo de los medios masivos de comunicación. Recientemente en el programa de Fox News,Sunday, ella dijo: "sabemos que los servicios de inteligencia rusos hackearon a la DNC, sabemos que planearon que muchos de esos correos fueran revelados, y sabemos que Donald Trump ha mostrado una disposición preocupante a respaldar a Putin, a apoyar a Putin". Más declaraciones extravagantes mientras calumnia a Rusia, dirigiendo a EE.UU. al atolladero de una Segunda Guerra Fría.

La histeria y las acusaciones irracionales han tomado dimensiones al nivel del mccarthismo. Las fantasías indulgentes serían burladas como la locura de los locos conspiracionistas si no fuera por el hecho de que estamos hablando de la abrumadora mayoría del establishment político y mediático de EE.UU. Al participar en estas acusaciones escandalosas y difamatorias, Clinton y sus colegas demócratas están enterrando la historia de las filtraciones de la DNC, la historia que aún debería estar al frente y en el centro de la atención mediática; y que expone completamente la corrupción, las trampas y el desprecio por la democracia que existe en los círculos de la élite política de EE.UU.

En cuanto a Siria, Clinton no puede ser acusada de ser irresponsable como Obama. En el 2012, según los informes, ella propuso un programa encubierto para armar y entrenar a los grupos rebeldes sirios para derrocar al presidente Bashar al-Assad.

Clinton es agresiva en palabras que se van a traducir en acción. Su asesor en política exterior, Jeremy Bash, le dijo al Telegraph que el régimen de Assad es sanguinario, abusa de los derechos humanos y que ha utilizado armas químicas contra ellos. Otro aliado cercano, Jamie Rubin, dice que Clinton no se va a sentir tan "restringida" como Obama. Lea esto como la intención de llevar a cabo un cambio de régimen, inclusive si esto significa una guerra sinfín y el alto potencial de un conflicto militar directo con Rusia. La plataforma de Clinton pide una zona de exclusión aérea en Siria. La secretaria de defensa favorita, Michele Flournoy, no daría declaraciones sobre una zona de exclusión aérea o de zonas de prohibición de bombardeos sin la aprobación tácita de Clinton.

En lo que ahora es innegablemente una nueva Guerra Fría, el lenguaje de la diplomacia hacia Rusia será, bajo Clinton, aún más un lenguaje de sumisión. El mantra será "confrontar, no cooperar, amenazar, no hablar". Hay un claro contraste del lenguaje de Putin, siempre paciente, conciliador y buscando el compromiso con EE.UU; en comparación con el de Clinton hacia Rusia y Putin. ¿Qué esperanza hay de cualquier distensión, de cualquier cooperación en materia de seguridad, terrorismo y medio ambiente? El término de "reinicio" con Rusia será la definición de lo imposible.

Durante la Conferencia de Valdai en 2014, Putin dijo que el presidente Barack Obama considera a Rusia como una amenaza, pero que él no considera a EE.UU como amenaza. Para el momento del Foro Internacional de San Petesburgo en 2016, Putin ha considerado a la OTAN, y por lo tanto, a EE.UU como una amenaza, ya que continúa con su aumento militar agresivo alrededor de las fronteras rusas.

Esto debería ser un pensamiento aleccionador para todos - lo que promete ser una visión apocalíptica de la futura presidencia de Clinton. Es fácil entender y apoyar el eslogan, "quién sea menos Hillary."