Un estudio publicado en Pediatrics el pasado mes de noviembre ofrece datos algo "deprimentes" sobre la salud mental de los jóvenes en Estados Unidos (las cifras entiendo que son en cierto modo extrapolables a otros lugares "civilizados" del mundo). La depresión no para de extenderse. Y la medicalización de la enfermedad tampoco. Ojo con los medicamentos antidepresivos.
antidepresivos
Resulta que entre las personas que cuentan con una edad de entre 12 y 17 años, la prevalencia de episodios de depresión mayor (contados estos como los que duran al menos 12 meses) aumentó desde el 8,7% que se producían en el año 2005 hasta el 11,3% registrado en 2014.

Esto supone un crecimiento en el número de depresiones graves de más de medio millón de adolescentes. Así, en 2014, sólo en EE.UU. se contaban aproximadamente 2.700.000 de chicos y chicas sufriendo la enfermedad.

Los hallazgos del estudio están basados en el análisis clínico de más de 172.000 adolescentes y cerca de 179.000 adultos jóvenes. Es curioso que entre las mujeres aumenta más la depresión que en los jóvenes varones.

Las causas son difíciles de conocer (aunque más nos valdría revisar el sistema económico y social para entenderlo) pero los datos demográficos demuestran que en personas de 12 a 17 años, son más propensas a sufrir depresiones las de mayor edad; quienes no van a la escuela; o quienes viven en familia de madres o padres solteros; además está comprobado que quienes toman drogas u otras sustancias medicamentosas como tranquilizantes son propensos a padecer otros trastornos mentales si se compara con adolescentes de similar edad pero que no sufren esta enfermedad.

Es curioso también que en el grupo de edad que va de los 18 a los 25 años, tiene más episodios de depresión grave las mujeres, de raza negra y que padecen otros problemas mentales por uso de sustancias "de abuso".

Ya escribo que no están claras las causas, una de las muchas a las que se apuntan es a la falta de sueño por un uso "excesivo" de internet. Haré este post corto para no ser yo una fuente más de enfermedad.

El trabajo que comentamos se hace en el marco de la la Encuesta nacional sobre el uso de medicamentos y drogas. Y me preocupa que estas cifras puedan servir como excusa para la medicalización de infancia y adolescencia. Si hay un grupo de medicamentos en entredicho por su uso a esas edades son los antidepresivos.

Entre otros motivos porque se ha demostrado que pueden incitar al suicidio, como hemos contado en diversas ocasiones, entre otras Descubierto el fraude con el fármaco antidepresivo paroxetina que incita al suicidio.

La receta de medicamentos antidepresivos en niños y jóvenes no para de aumentar.

Pese a que sus reacciones adversas pueden ser graves y en general se conocen, no se advierten con la debida profesionalidad.

Es más, lo que no suele contarse es la bajísima efectividad de estos fármacos. Quien sí lo advierte y está haciendo un gran trabajo de divulgación es el médico Peter Gøtzsche, autor del libro Psicofármacos que matan y denegación organizada.

Hace poco estuvo en Madrid, donde ofreció una conferencia a la que asistí. Fue demoledora. En ella desmontó algunos mitos en torno a los medicamentos usados en salud mental. En particular, habló sobre los fármacos antidepresivos, su falta de eficacia y graves daños. Os lo conté en el post Algunas verdades incómodas que no te cuentan sobre medicamentos antidepresivos.

Lo dejo aquí que os he prometido que el post sería corto. Eso sí, espero que los datos que os ofrezco sean lo suficientemente contundentes para que os hagan reflexionar sobre la depresión, sus causas y los tratamientos y la medicalización de esta enfermedad.