Tras levantar las restricciones a la ayuda militar para las "fuerzas extranjeras", Washington echa más leña al fuego del conflicto en Siria, sostiene el periodista Neil Clark.

La semana pasada el aún presidente estadounidense Barack Obama anunció el levantamiento de las restricciones al suministro de armas, municiones y equipos militares a fuerzas foráneas y a los aliados de EE.UU. en la lucha contra el terrorismo en Siria. El periodista y escritor británico Neil Clark señala en un artículo para RT (titulado 'La paz en Siria es lo último que quiere EE.UU.') que Washington y sus aliados "ya han apoyado a las 'fuerzas extranjeras' en Siria" y que ahora su "juego" consiste en "prolongar la agonía del pueblo sirio durante el mayor tiempo posible".
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© Dabiq / Global Look Press via ZUMA Press

Al no conseguir derrocar al Gobierno de Bashar al Assad, Washington intenta asegurarse de que "su país siga en llamas", afirma Clark en relación a la estrategia estadounidense hacia el conflicto sirio. "La verdad es que cada vez que hubo una oportunidad real de poner fin al conflicto en Siria, el Tío Sam intervino para sabotearla", afirma Clark.

El periodista señala que Washington apoyó a las milicias radicales y dejó de lado a los opositores que querían participar en un proceso democrático en Siria con una nueva constitución. Además, recuerda que EE.UU. se negó a sentarse a negociar el plan de paz impulsado en 2012 por el enviado especial de la ONU a la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, y "echó más leña al fuego cuando la llamarada podía ser extinguida".

Una política practicada en la antigua Yugoslavia y Afganistán

"Washington solo quiso la escalada del conflicto, no terminar con él", asevera Clark. El periodista compara la situación en Siria con la guerra en la extinta Yugoslavia en los años 90, tragedia que "pudo haber sido evitada si EE.UU. realmente hubiera querido la paz".
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© Dado Runic / ReutersBida Smajlovic reza cerca de la placa conmemorativa con los nombres de los fallecidos en la masacre de Srebrenica (Bosnia Herzegovina), el 24 de marzo de 2016.
"En Afganistán EE.UU. lleva décadas asegurándose de que la paz no prevalezca", añade Clark, quien agrega que Washington suministró armas a los muyahidines en la década de 1980 y no interrumpió el suministro de armas incluso después de que la Unión Soviética anunciara la retirada de sus tropas en 1988.

Ahora la pregunta es si las cosas van a cambiar bajo la presidencia de Donald Trump, que prometió dejar de "derrocar regímenes extranjeros" y poner fin a la política de "intervención y de caos", sostiene el periodista. Aunque Clark admite que las declaraciones de Trump pueden no ser "más que palabras", en EE.UU. quienes están prepcupados por la posibilidad de que haya cambios intentan "deslegitimar su victoria en las elecciones".