El asesinato del embajador ruso, Andrey Karlov, es una verdadera tragedia. Pero esta vez, no arruinará la cooperación ruso-turca. Esta situación no es la misma que aquella del pasado año con el asesinato de nuestros pilotos, organizado por la red gulenista. El lado turco, en aquel caso, no reconoció su culpa y no se disculpó desde el mismo comienzo. Esa situación casi destruyó las relaciones entre Rusia y Turquía.
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Tras el vil asesinato de nuestro embajador, el lado turco envió sus disculpas al pueblo ruso y al gobierno ruso inmediatamente, en minutos. Personalmente he recibido condolencias desde algunos políticos muy influyentes de Ankara. Ambos lados, el turco y el ruso, mostraron la intención de continuar con nuestro reacercamiento.

El perpetrador de este sangriento crimen ya ha sido identificado como miembro de la red gulenista. En el mismo día, hubo un ataque terrorista en Alemania organizado por el daesh, así que creo que estamos siendo testigos de la agonía de la administración globalista, forzada a abandonar la Casa Blanca. Intentaron destruir las relaciones ruso-turcas en el día de la votación en el Colegio Electoral. Fue su último ataque a nuestra colaboración estratégica.

La reacción del presidente ruso, Vladimir Putin, también fue bastante diferente respecto de la reacción tras el derribo del avión ruso, porque Putin directamente culpó a la red de fundamentalistas islámicos que estaban detrás de este asesinato, y él ha mostrado comprensión por la difícil situación del presidente Erdogán.

Por tanto, estoy absolutamente seguro que esta vez, el incidente no dañará las relaciones ruso-turcas. Continuaremos elaborando nuestra estrategia común sobre Siria y trabajaremos juntos para organizar una situación estable y pacífica en oriente medio. Nuestra cooperación se volverá más fuerte y más profunda debido a semejante momento doloroso.

Hemos perdido a uno de los mejores hombres en la diplomacia. Nuestro héroe, el embajador Andrey Karlov, quien contribuyó tanto a salvar las relaciones de nuestros países, fue asesinado por un cobarde de un modo impropio de un hombre, disparando por la espalda. Esto no solamente es un acto terrorista, sino que también es un acto deshonroso.

El organizador pagará un alto precio por este asesinato. Nuestra respuesta más fuerte y más sonora a este crimen será la continuación de la alianza estratégica ruso-turca, y la aceleración de la retirada turca de la OTAN, creando una nueva alianza euroasiática. Esa es la única respuesta razonable y simétrica, porque nuestros enemigos -los globalistas- temen este momento más que ningún otro. Nada detendrá nuestro progreso en la creación de un orden mundial multipolar y democrático.