La exposición prolongada a bajas dosis del famoso
glifosato (marca
Roundup), el químico más utilizado en el mundo para combatir todo tipo de plagas, enferma a las ratas en las que se ha probado. Es el
primer trabajo científico que demuestra la relación de causalidad entre la ingesta en dosis que se encuentran en nuestro medioambiente y una enfermedad grave.
Así lo documenta un nuevo estudio científico que afirma que las ratas sufren
hígado graso no alcohólico (EHNA) tras la exposición crónica a dosis consideradas bajas, como las que se supone que recibimos los humanos en el "mundo real", es decir en dosis permitidas por las agencias reguladoras de este tipo de productos.
El análisis, titulado
Multiomics reveal non-alcoholic fatty liver disease in rats following chronic exposure to an ultra-low dose of Roundup herbicide, lo
publica Scientific reports.
Cuando citamos dosis muy bajas es que las que se les ha suministrado a los animales de experimentación son realmente
bajísimas. El nivel de ingesta diaria de glifosato por parte de las ratas del estudio fue de solo
cuatro nanogramos por kilogramo de peso corporal por día. Para que os hagáis una mejor idea, un nanogramo es la milmillonésima parte de un gramo, es decir, un nanogramo corresponde a 1/1.000.000.000 gramo.
Esto es 75.000 veces menos de lo permitido en la Unión Europea y 437.500 menos que los niveles legales de USA. Y aún así los roedores sufrieron la enfermedad hepática grasa no alcohólica.
Durante la prueba ratas hembra recibieron esas dosis comentadas del herbicida Roundup durante un período de dos años y sufrieron la enfermedad. Y como os cuento, esa dosis seleccionada fue inferior a lo que la gente comúnmente está expuesta en el
entorno cotidiano.
El hígado graso no alcohólico es una condición común en los seres humanos. Ocurre en al menos uno de cada cinco personas y en la mayoría de quienes padecen diabetes tipo 2. El glifosato está clasificado por la
Agencia Internacional para Investigación sobre Cáncer (IARC), que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS), como probable carcinógeno.
En las agencias reguladoras deberían
reconsiderar la evaluación de la seguridad de los herbicidas basados en glifosato porque en los últimos 30 años se ha incrementado su uso. Como concluyen los autores del trabajo ahora publicado, seguramente es hora de prohibir el glifosato por motivos cautelares.
Roundup tiene un uso ampliamente extendido en la agricultura y el mantenimiento de parques y jardines y de infraestructuras de todo tipo y ha suscitado una
fuerte controversia científica por sus potenciales efectos cancerígenos y como
disruptor endocrino.
La licencia original de la
Unión Europea para el glifosato expiró a finales de junio de 2012 y ya se ha ampliado dos veces. Como os conté hace poco, la
Comisión Europea, el Gobierno de Europa, quiere que se regule su uso pero
propone que se renueve la autorización. La
Comisión Europea no logra de nuevo el apoyo suficiente de los gobiernos de la Unión Europea a su propuesta de ampliar la licencia del glifosato hasta 18 meses.
Así que el peligroso glifosato
continúa en el mercado y le acompañan 37 plaguicidas más. Como os contaba hace poco existe un
peligroso cóctel de tóxicos en los alimentos españoles (y los ecológicos no se libran) y ¡no se analizado el que hoy nos ocupa que es el más usado!
No hay que olvidar que el fabricante de
Roundup es la multinacional de los agroquímicos Monsanto. Ésta intenta recuperar su posición en el mercado de los
plaguicidas, pues lleva ya dos décadas dedicada a la investigación y desarrollo de las
semillas transgénicas, de la mano de su producto "estrella", el herbicida con glifosato.
Comentario: Vea también: Según un nuevo estudio, si se diluye el Roundup un 99,8% más, sigue siendo tóxico para el ADN humano