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Abrigo de la Cantera de Sierra Helada. Los últimos trabajos de los científicos constatan que en el abrigo de la Cantera de Sierra Helada se hallan los restos de presencia humana más antiguos de la Marina Baixa: todo un laboratorio para conocer cómo era la vida en el Mediterráneo a finales de la última glaciación.

Caballos salvajes o cabras montesas que trotaban salvajes. Especies de flora y fauna que llevan milenios desaparecidas. Una pradera donde hoy se encuentra el mar. Benidorm hace 15.000 años. Un mundo perdido sobre el que ahora han arrojado luz los arqueólogos durante su investigación de la Cantera de Sierra Helada que, según recordó el concejal de Patrimonio, Jaime Llinares, puede "considerarse como el primer hotel de Benidorm". O, en términos más científicos, como expuso también el propio edil, el yacimiento prehistórico más antiguo de la Marina Baixa y uno de los más trascendentes de toda la Comunidad Valenciana. Y en este aspecto, ayer se presentaron novedades: hasta ahora se creía que el Abrigo de la Cantera tenía una antigüedad de 6.000 años, pero los últimos trabajos científicos podrían remontar esa fecha hasta los 15.000 años, esto es, al periodo Magadaleniense, una de las últimas etapas del Paleolítico Superior.

Era pues una población que vivió antes de la Edad del Metal, que utilizaba el sílex como principal instrumento para la supervivencia y que sufrió además los rigores del final de la última glaciación del Planeta y por lo tanto de un radical cambio climático: "los cascos polares llegaban hasta el Mar del Norte, la tundra cubría amplios parajes de Europa Central, las temperaturas eran mucho más bajas que las actuales y el mar estaba también en un nivel más inferior que el actual" explicó el arqueólogo Javier Fernández, quien ha coordinado las excavaciones.

Hace 15 milenios Sierra Helada ofrecía así una imagen insólita: bajo sus acantilados se extendía una pradera y una superficie de bosques templados hoy engullidos por el Mediterráneo; en cambio, durante la era paleolítica, la línea de costa se encontraba algunos kilómetros más al Este, en una situación geográfica que se mantuvo hasta el Pleistoceno y cuyos cambios se debieron también a los cambios climáticos.

Los trabajos de campo realizados en el yacimiento, que han contado con la colaboración de la Universidad de Valencia y que han incluido muestras de sedimentos y análisis de materiales orgánicos y de paleobotánica, han permitido también hallar restos de especies de flora extinguidos en la actualidad, como el pino negral, que en la era del Pleistoceno se distribuyó por la mayor parte del área mediterránea y que integraba los bosques en Sierra Helada. También se han detectado huellas de animales que eran cazados por aquellos pobladores como caballos salvajes y uros (así mismo desaparecidos), ciervos o cabras montesas.

"Hablamos de unos hábitats muy diversos que dan testimonio de la gran riqueza ecológica que albergaba Sierra Helada durante esa era", añadió Fernández, quien también explicó que se han localizado restos de fauna menor como conejos o moluscos terrestres -caracoles- que también servían para el abastecimiento humano.

También se han hallado restos de sílex, utilizados según Llinares para "realizar cortes muy finos de manjares de la época como el tuétano de los huesos". Ahora bien, el concejal de Patrimonio reveló que "la perla de la excavación quizás sea una pequeña concha marina que servía de adorno para las mujeres" y que demostraría que durante aquella era "ya existía una preocupación estética". Esa concha llevaba aparejado un trabajo manual, ya que aparece limada en su parte posterior y cuenta con perforaciones. También se han encontrado otros adornos de la época con semejante finalidad.

El yacimiento tiene interés en primer lugar porque arroja luz para conocer la historia tanto de Benidorm -donde hasta el momento, como recordó Llinares, se creía que el poblamiento humano más remoto databa de la época íbera, como de la Marina Baixa -donde supera en antigüedad a otros yacimientos prehistóricos localizados en Callosa d´En Sarrià, Orxeta o Tàrbena-. Pero, según agregó Fernández, "en una perspectiva más amplia supone un ejemplo de los episodios más trascendentes del Mediterráneo a finales del Paleolítico".

Protección para evitar expolios

El abrigo de la Cantera de Sierra Helada, sin duda es uno de los mayores tesoros históricos y etnográficos de Benidorm, se encuentra sin embargo en peligro debido al riesgo de expolios, que ya se han dado en el pasado más reciente. Por ese motivo, el concejal de Patrimonio, Jaime Llinares, señaló que ya se ha dado una orden de vigilancia para evitar robos o destrozos intencionados en el yacimiento, que también puede sufrir las consecuencias de la caza furtiva o que por descuido algunos excursionistas alteren los restos. En este sentido, Llinares anunció además que se está redactando un plan de protección que contará con la implicación tanto de la administración autonómica como del Ayuntamiento de Benidorm y de sus servicios técnicos, "con el fin de poder legar a las futuras generaciones de Benidorm y de la comarca tanto estos hallazgos como los que se produzcan en el futuro". Hasta el momento ha habido suerte: uno de estos intentos de expolio no lograron destruir el resto de una pezuña de caballo salvaje.

Por otro lado, tanto Llinares como el arqueólogo que ha coordinado los trabajos en Sierra Helada, Javier Fernández, pidieron mucha prudencia a la hora de extraer conclusiones científicas de los restos localizados, toda vez que en la actualidad estos aún se encuentran en fase de estudio. Al respecto, el concejal informó de que será la Universidad de Florida, una de las instituciones más prestigiosas en este tipo de informes científicos, las que se encargarán de los análisis de Carbono 14.