El expresidente galo François Hollande aprovechó su intervención durante un foro internacional en Seúl para cargar contra el proteccionismo de EEUU. También el rotativo francés
Les Echos se ha encargado de criticar las medidas estadounidenses encaminadas a proteger su industria nacional.
¿Pero acaso la posición de los norteamericanos es nueva?
© 2017/ Brendan Smialowski
Según los expertos consultados por Sputnik, Estados Unidos no está haciendo nada que no se hiciese ya con Barack Obama en la Casa Blanca para proteger las industrias automotriz, del acero, del aluminio y de construcción naval. Eso sí: ha sido ahora cuando los países europeos acaban de descubrir el agua tibia y comienzan a preguntarse cómo pueden hacer frente a la competencia de las empresas internacionales norteamericanas.
Marc German, especialista en inteligencia competitiva y diplomacia empresarial, señala que el presidente estadounidense, Donald Trump, habla abiertamente de
proteccionismo en las empresas norteamericanas. Su grito de guerra, abanderado bajo el lema 'Primero América', es en realidad el preámbulo no escrito de la Constitución de Estados Unidos y "algo de lo que somos testigos desde hace ya dos siglos".
La opinión de Olivier Piton, abogado y especialista en derecho público francés, europeo y estadounidense, va en la línea de la de German. El autor de 'Los transgresores en el poder: Emmanuel Macron y Donald' (
Les transgressifs au pouvoir. Emmanuel Macron et Donald) lo tiene claro:
nada nuevo bajo el sol."Estados Unidos siempre ha sido un admirador declarado del proteccionismo. Quiero recordar que incluso Barack Obama encontró una forma de salvar la industria automotriz estadounidense a principios de 2010. En ese entonces ya hablaba de medidas proteccionistas y nadie se llevaba las manos a la cabeza. Los estadounidenses siempre han creído que deben defender su soberanía en una serie de sectores. Lo que estamos viendo ahora no es nada nuevo. EEUU siempre ha hecho lo mismo", señala.
A esa política tradicionalmente proteccionista de los últimos años se añade ahora la revisión de los acuerdos multilaterales, señala Piton. El retorno a una estrecha visión nacional de las relaciones comerciales. Al menos, desde el punto de vista estadounidense.
"[La toma de conciencia] llegará por la presión de los electores. Y es que cada vez son más los partidos políticos por toda Europa que, sean de izquierdas o de derechas,
se muestran disconformes con el libre mercado y contra la inexistencia de un verdadero proteccionismo europeo (...); algo que influye negativamente en la industria europea. Estamos siendo testigos ahora mismo de una flagrante desindustrialización", alerta Piton.
En este sentido, el experto francés destaca el viraje que los países anglosajones están dando. "También estamos siendo testigos
del pragmatismo que está comenzando a aparecer en este tipo de países". Y es que hace unos diez años, señala, estos países querían que el mundo fuese lo más abierto posible. "¿Por qué? Porque les interesaba y favorecía su bienestar". Algo que ha cambiado, ya que desde que han comenzado a alzarse potencias como China, la India y Australia capaces de competir con los países anglosajones -y, en parte, con Estados Unidos- en sectores como el tecnológico, "a la esfera anglosajona le sale más a cuenta defender ese bienestar, su propia industria y su propia manera de hacer las cosas".
Para Marc German, desde hace décadas
se está librando "una guerra económica" entre Estados Unidos, que intenta conservar la unipolaridad del mundo, y el resto de ese mundo, en el que han comenzado a surgir movimientos contrarios a la visión de los norteamericanos. Por fin, señala, Europa "
se está despertando", y recuerda el 'legado' político de François Mitterrand, antiguo y emblemático presidente francés:
"Francia todavía no se ha dado cuenta,
pero estamos en estado de guerra con Estados Unidos. Sí, en un estado de guerra constante no por la vida, sino por la muerte. Una guerra sin muertes visibles. Sí, los norteamericanos se comportan de forma muy dura, son insaciables y quieren un poder ilimitado en el mundo. Es una guerra oculta y sin pausa; sin muertes a simple vista, pero una guerra mortal".
Comentario: En el caso de EEUU esto no se queda solo en el proteccionismo, hasta cierto punto, el proteccionismo es una estrategia válida y eficaz contrastado con un globalismo extremo. EEUU busca vasallismo económico y político para mantener su hegemonía, y aún más ahora ante los nuevos paradigmas políticos y económicos de cooperación propuestos por el eje asiático... totalmente opuestos a la política de dominación unipolar de EEUU.
El TTIP y TISA por ejemplo, eran los caballos de troya económicos para mantener una dominación económica en la UE, y lo mismo aplica a las sanciones anti-rusas, que además intentan separar a la UE de Rusia. Pero parece que hasta el momento, el sentido común ha llegado a Europa y ahora apuestan por el acercamiento con las potencias asiáticas.
EEUU tiene dos opciones, o renunciar a la imposición global de su hegemonía unipolar basada en la guerra y en una moneda artificialmente inflada, o integrarse a un nuevo paradigma económico multipolar basado en la cooperación, hasta ahora, impulsado por el eje asiático. Pero resulta bastante complicado visualizar a EEUU dejando a un lado los cimientos económicos que han sostenido a la patocracia en el poder hasta ahora, y que pase a considerar otras alternativas menos injerencistas y destructivas poco acordes con la visión patológica de los que detentan el poder en EEUU.
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