Quienes sufren de ansiedad están familiarizados con como los pensamientos desbocados pueden crear un círculo vicioso de preocupaciones que alimentan la ansiedad. Y a nivel práctico salir de este ciclo puede ser sumamente difícil, especialmente cuando nos sentimos agobiados por la intensidad de nuestras emociones o sensaciones físicas, como la tensión corporal y dificultad para respirar entre otros.
La meditación puede ayudar a detener los patrones obsesivos de la mente y
construir nuevos patrones neuronales que nos permiten liberarnos de viejos patrones reactivos. Meditar disminuye nuestra tendencia a preocuparnos, con frecuencia sobre cosas que aún no han pasado, y mejor nuestro control sobre aquellos
pensamientos que nos resultan angustiantes.
De hecho la meditación puede cambiar la forma en la que nuestro cerebro responde a los estímulos. Gracias a la neuroplasticidad que dota al cerebro de una sorprendente capacidad de adaptación es posible superar hábitos nocivos como una
una voz interior sumamente crítica y negativa. La meditación aquieta la mente, lo cual le da espacio para aprender a estar en el momento presente y no preocupándose sobre el futuro u obsesionándose sobre el pasado. Hacer esto básicamente entrena al cerebro para ser menos ansioso.
Algunos de los efectos de la ansiedad en el cuerpo son una disminución de tamaño del hipocampo, una parte del cerebro considerada crucial para la memoria, también aumenta el tamaño de la amígdala, que es la responsable de la respuesta de miedo, causando mayor temor y ansiedad. Finalmente el estrés, el miedo y la ansiedad provocan la secreción de hormonas que a largo plazo causan desequilibrios en el funcionamiento de la química cerebral y los neurotrasmisores, lo cual afecta la capacidad de las células del cerebro para comunicarse entre ellas.
Realizar una práctica de meditación regular, puede ayudar a restablecer el equilibrio del cerebro pues:
1. Aumenta el volumen del hipocampo.
2. Reduce tanto el número de las neuronas en tu amígdala como su reactividad, incrementando la tolerancia al estrés.
3. Restaura el balance de los neurotrasmisores.
4. Incrementa los niveles de serotonina, también conocida como la molécula de la felicidad.
5. Aumenta los niveles de un neurotrasmisor con propiedades sedantes conocido como GABA.
6. Reduce los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés que contribuye a la ansiedad, depresión, desórdenes del sueño y pérdida de memoria.
7. Aumenta el flujo sanguíneo en el cerebro y la conectividad entre las neuronas de diferentes áreas del cerebro.
8. Reduce la inflamación cerebral asociada con desórdenes emocionales como la ansiedad y la depresión.
9. Puede reducir los síntomas de los desórdenes de ansiedad, pánico, depresión, atención y fobias.
Los beneficios son muchos y las opciones para meditar también. Si quieres comenzar a meditar pero no sabes cómo hacerlo te recomendamos revisar
lo que hemos escrito sobre diferentes tipos de meditación. Aunque existen escuelas
budistas,
taoístas, confucianistas e hinduistas
no es necesario que te afilies a ninguna religión para aprender a meditar. Ya que también existen opciones seculares como la meditación de consciencia plena o
mindfulness. Si debido a la ansiedad te resulta sumamente difícil mantenerte sentado y quieto durante la meditación, puedes probar con algunas de las formas más activas de Qigong para cultivar el equilibrio en cuerpo y mente. Por otro lado, la
meditación con mantras puede resultar particularmente beneficiosas para quienes experimentan dificultades para silenciar su discurso interior durante la meditación. Además existen prácticas como
colorear mandalas que pueden divertirte y ayudarte a contrarrestar los efectos de la ansiedad en tu día a día.
Comentario: Un punto importante a mencionar es que este tipo de prácticas tienen que hacerse de forma disciplinada y constante para que realmente usted pueda obtener los beneficios. También tiene que tener en cuenta que estas cosas
no funcionan como varitas mágicas, es decir, en algunas ocasiones se requiere de diferentes herramientas y por supuesto de un trabajo constante. Leer e investigar más para comprender el porqué se siente así, estar en contacto con los demás, cuestionarse y reconocer cada una de sus emociones ya que todas tienen un porqué y un fin en su vida. No se trata simplemente de
pensar positivo, eso no nos llevará a nada.
Con respecto a diferentes técnicas, nosotros recomendamos ampliamente el programa de respiraciones Éiriú Eolas,
el cual incluye ejercicios de respiración que estimulan el nervio vago para controlar el estrés, así como técnicas de liberación emocional practicadas en el pasado por Carl Jung y Alexander Lowen. EE ayuda a aliviar el estrés, lo cual conduce a un bienestar generalizado y mejora la calidad del sueño, permitiendo una curación más rápida. Además, EE tiene una excelente aplicación en terapias psicológicas al permitir la liberación de traumas que datan de muchos años −como el abuso infantil− en un ambiente seguro y no re-traumatizante- También ayuda a aliviar el estrés post-traumático y permite mejorar el estado de ánimo, la concentración mental y la tolerancia al estrés.
La práctica del control voluntario de la respiración, que consiste en inhalar, retener el aire, y exhalar de manera consciente, junto con la meditación y la respiración diafragmática, tiene aplicaciones beneficiosas en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, enfermedades pulmonares como el asma,
los desequilibrios del sistema nervioso autónomo y los trastornos psicológicos o relacionados con el estrés. También ayuda a curar enfermedades crónicas degenerativas, incluyendo las enfermedades autoinmunes, el cáncer y las enfermedades de la civilización moderna. No sólo tiene una aplicación terapéutica sino también preventiva, y sus efectos son acumulativos, aunque a menudo los resultados positivos se hacen notar desde la primera sesión.
[puede activar los subtítulos en español]
Comentario: Un punto importante a mencionar es que este tipo de prácticas tienen que hacerse de forma disciplinada y constante para que realmente usted pueda obtener los beneficios. También tiene que tener en cuenta que estas cosas no funcionan como varitas mágicas, es decir, en algunas ocasiones se requiere de diferentes herramientas y por supuesto de un trabajo constante. Leer e investigar más para comprender el porqué se siente así, estar en contacto con los demás, cuestionarse y reconocer cada una de sus emociones ya que todas tienen un porqué y un fin en su vida. No se trata simplemente de pensar positivo, eso no nos llevará a nada.
Con respecto a diferentes técnicas, nosotros recomendamos ampliamente el programa de respiraciones Éiriú Eolas, el cual incluye ejercicios de respiración que estimulan el nervio vago para controlar el estrés, así como técnicas de liberación emocional practicadas en el pasado por Carl Jung y Alexander Lowen. EE ayuda a aliviar el estrés, lo cual conduce a un bienestar generalizado y mejora la calidad del sueño, permitiendo una curación más rápida. Además, EE tiene una excelente aplicación en terapias psicológicas al permitir la liberación de traumas que datan de muchos años −como el abuso infantil− en un ambiente seguro y no re-traumatizante- También ayuda a aliviar el estrés post-traumático y permite mejorar el estado de ánimo, la concentración mental y la tolerancia al estrés.
La práctica del control voluntario de la respiración, que consiste en inhalar, retener el aire, y exhalar de manera consciente, junto con la meditación y la respiración diafragmática, tiene aplicaciones beneficiosas en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, enfermedades pulmonares como el asma, los desequilibrios del sistema nervioso autónomo y los trastornos psicológicos o relacionados con el estrés. También ayuda a curar enfermedades crónicas degenerativas, incluyendo las enfermedades autoinmunes, el cáncer y las enfermedades de la civilización moderna. No sólo tiene una aplicación terapéutica sino también preventiva, y sus efectos son acumulativos, aunque a menudo los resultados positivos se hacen notar desde la primera sesión.