El primer ministro radicaliza la campaña electoral al relegar el papel de la minoría árabe© Reuters/Robert Galbraith
Benjamín Netanyahu aguardó hace cuatro años hasta la misma jornada electoral -"los árabes están votando en hordas", alertó a fin de reforzar la movilización de sus partidarios-, antes de disparar la artillería pesada. Cuando aún quedan cuatro semanas para los
comicios legislativos del 9 de abril y los sondeos reflejan que su partido, el conservador Likud, está siendo superado por la coalición centrista Azul y Blanco, el primer ministro israelí ha vuelto a arremeter contra la principal minoría del país.
"El Estado de Israel no pertenece a todos sus ciudadanos, sino solo al pueblo judío", proclamó el domingo Netanyahu al inicio de la reunión semanal de los ministros del Gobierno, en
una declaración política que viene a discriminar a una quinta parte de la población del país."Por supuesto, el Estado respeta los derechos individuales de todos -judíos y no judíos por igual-,
pero solo es el Estado nación del pueblo judío", advirtió el mandatario. "Los demás pueblos, nacionalidades y minorías ya tienen representación nacional en otros Estados", aseguró en respuesta a la polémica que ha mantenido en las redes sociales durante el fin de semana con la actriz y modelo israelí
Rotem Selah, quien había publicado en su cuenta en Instagram el comentario:
"También hay ciudadanos árabes en este país".
Netanyahu suele expresarse a través de su página en
Facebook, que ha recibido 2,5 millones de
me gusta, y de
Twitter, en donde suma 1,5 millones de seguidores. También replicó a la popular estrella desde la red social en la que priman las imágenes. En
Instagram solo es seguido por 554.000 usuarios frente a los 824.000 de la celebridad televisiva.
"¿Cuándo demonios algún miembro del Gobierno transmitirá al público ante las cámaras que Israel es un país para todos sus ciudadanos y que cada persona nace igual: los árabes también?", había dejado escrito Selah.
El diputado de la minoría árabe israelí
Ayman Odeh tuiteó poco después su reconocimiento por el gesto de la actriz:
"Hace falta un gran valor para decir en el Israel de 2019 que la democracia exige que el Estado sea para todos sus ciudadanos y que los árabes necesitan contar con plena ciudadanía".Elección entre Bibi y TibiEl líder del Likud intenta agitar la campaña contra su principal rival en las urnas, el
exgeneral Benny Gantz. Netanyahu reitera que los ciudadanos deben elegir entre Bibi (su popular apodo) y Ahmed Tibi, líder del principal partido árabe que concurre a las legislativas. "Un Gobierno de Gantz con apoyo de los árabes socavaría la seguridad", alerta a los votantes judíos el primer ministro.
Netanyahu ha invocado durante el debate digital la ley básica (de rango constitucional) del Estado nación judío, aprobada el pasado mes de julio por los partidos que han apoyado en la legislatura que ahora termina a su Gobierno, considerado el más conservador en la historia de Israel. Para la
minoría de origen palestino (cerca del 20% de los 8,8 millones de israelíes) y para las comunidades drusa y circasiana (2%),
la legislación es vista como una consagración de su discriminación, que codifica su condición de ciudadanos de segunda clase.La norma niega por exclusión a las minorías el derecho a la autodeterminación, que queda explícitamente reservado al pueblo judío. Privados de identidad propia, los palestinos que permanecieron dentro de las fronteras de Israel tras su
creación en 1948 y sus descendientes ven también cómo su lengua materna árabe queda relegada frente al hebreo, único idioma oficial reconocido.
Los padres fundadores de Israel, con David Ben Gurion a la cabeza, se esforzaron en preservar el carácter democrático del Estado en la
Declaración de Independencia, en la que se asegura "la completa igualdad de derechos políticos y sociales para todos sus habitantes, sin diferencia de credo, raza o sexo", y se garantiza "la libertad de culto, conciencia, idioma, educación y cultura".
La ley que proclama un Estado nación solo para judíos, que ahora esgrime Netanyahu en plena campaña electoral, suscitó la preocupación de la Unión Europea, que difundió este comunicado en el momento de su aprobación: "La democracia y la igualdad, incluidos los derechos de las minorías, son derechos clave que definen nuestras sociedades. Israel también debe respetarlos".
Comentario: Es difícil pensar en una declaración pública de un político israelí más evidentemente racista que ésta en la historia reciente, ¡y han habido muchas!
Lo triste del asunto es que no importa cuán descarado sea el racismo en ese país, uno no puede señalarlo sin arriesgarse a ser llamado "antisemita". ¿Se puede imaginar lo que hubiera ocurrido si el presidente iraní Rouhani o el presidente de Siria Assad hubieran declarado que sus países no eran para todos sus ciudadanos, sino sólo para los musulmanes chiítas? ¿O si Vladimir Putin hubiera dicho que Rusia era sólo para sus ciudadanos cristianos ortodoxos? ¿O si Trump hubiera privilegiado del mismo modo a los conservadores cristianos de Estados Unidos? ¡No dejaríamos de escuchar las protestas por meses o años! Pero si Netanyahu lo dice, entonces por algún extraño motivo no es tan grave. ¿Por qué será?
Igualmente triste es que para que un político israelí se sienta con la libertad de pronunciar tal barbaridad, es porque sabe que la mayoría de la población de su país estará de acuerdo. Desafortunadamente, Israel es una de las naciones más racistas del mundo, si no es que la más.