Apenas despuntaba el alba, a las 5.20, cuando comenzaron a sonar las sirenas antiaéreas en el centro de Israel. Según los testigos, minutos después, se escuchaba un fuerte estruendo en el Moshav Mishmeret, una localidad situada al noreste de Tel Aviv y a unos 80 kilómetros de Gaza, donde cayó un cohete lanzado desde el territorio palestino. El proyectil impactó de lleno en una vivienda unifamiliar donde se declaró un incendio. Las siete personas que se encontraban en su interior resultaron heridas, entre ellas una mujer de 59 años que según los servicios médicos de la Estrella Roja de David (Magen David Adom, en hebreo) presentaba quemaduras y varias heridas de metralla, una niña de 12 años, un niño de 3 años y un bebé de un año. "Cuando escuchamos las alarmas no lo podíamos creer", explicaba en la televisión israelí Eldad Levinstein, un vecino que reconoce que solo les dio tiempo a encerrarse en la habitación de seguridad antes de sentir como temblaba toda su casa, contigua a la vivienda alcanzada por el cohete.

Israel Gaza rocket house
© A. AWAD REUTERSPolicías y soldados israelíes, en la casa alcanzada por un cohete.
Desde la contienda de 2014 no se registraba tan lejos de Gaza el impacto de un proyectil lanzado desde la franja. Hace diez días, las sirenas también sonaron en Tel Aviv al detectarse dos cohetes lanzados desde el territorio palestino. Según fuentes militares el sistema defensivo conocido como Cúpula de Hierro no los interceptó pero uno se desintegró en el aire y el otro cayó en una zona deshabitada. En aquella ocasión el ejército respondió bombardeando horas después más de 100 objetivos del Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás).


Los militares hebreos, que en aquella ocasión dijeron que el ataque fue fruto de un error al manipular el armamento, culpan a la organización islamista del ataque y aseguran que el proyectil lanzado en esta ocasión es un cohete manufacturado por Hamás con un alcance de unos 120 kilómetros. "Se ha llamado a unidades específicas de reservistas. Un número muy limitado de unidades muy específicas", confirmó la portavoz del ejército, Mika Lifshitz. La comandante israelí también confirmó el despliegue de dos brigadas de infantería y artillería en las inmediaciones Gaza y que el cohete se lanzó desde la localidad de Rafah. El ejército ha cerrado los pasos fronterizos con el territorio mediterráneo palestino, mantiene cortadas las carreteras adyacentes a la frontera y ha pedido a los agricultores de la zona que se abstengan de trabajar en sus campos. Fuentes palestinas consultadas en la franja aseguran que Hamas y la Yihad Islámica se preparan ya para la respuesta armada israelí.

Nada más conocer la noticia, el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, anunció que acortará su visita a Estados Unidos y regresará a Israel tras reunirse este lunes con el presidente norteamericano, Donald Trump. "Responderemos con fuerza", dijo Netanyahu, que calificó el lanzamiento de "ataque criminal". El encuentro con Trump -un regalo para el líder hebreo a dos semanas de que se celebren elecciones generales en Israel- no está exento de polémica y puede incendiar los ánimos en la región ya que, según fuentes oficiales israelíes, el presidente estadounidense tiene previsto firmar, en presencia de Netanyahu, el reconocimiento de los Altos de Golán sirios -ocupados por Israel en 1967 durante la guerra de los Seis Días- como territorio bajo soberanía israelí.


Se da la circunstancia de que, horas antes del impacto en Moshav Mishmeret, varios presos de Hamás protagonizaron un altercado en la prisión de Ketziot, al sur de Israel, donde apuñalaron a dos guardias de seguridad hebreos. Uno de ellos resultó herido por un corte profundo en el cuello. Veinticinco prisioneros también resultaron heridos, dos de ellos de gravedad. "Nuestra gente no dejará a los prisioneros solos. El criminal Israel verá las consecuencias de su agresión en forma de furia contra sus soldados y ciudadanos", aseguró la Yihad Islámica en un comunicado tras conocerse lo sucedido en el penal.

El próximo sábado se cumple un año desde que los palestinos de Gaza iniciasen las concentraciones de la llamada Gran Marcha de Retorno. Unas protestas bendecidas por los gobernantes de Hamás, convocadas por diferentes organizaciones civiles y políticas palestinas y que se espera sean secundadas el próximo sábado por miles de personas en Gaza y Cisjordania para reivindicar el derecho a volver de todos los refugiados palestinos.