Pekín recomienda a Washington que deje de intervenir en los asuntos de Hong Kong y deje de apoyar a quienes alteran el orden público y pongan fin a la emisión de señales que "provocan confusión" en los manifestantes, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Geng Shuang.
Pekin china
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Poco antes el presidente de EEUU, Donald Trump, expresó su esperanza de que la situación en Hong Kong se solucione en breve y señaló que le causaba tristeza observar lo que estaba sucediendo allí.

"Me gustaría enfatizar que Hong Kong es una región administrativa especial de China, sus problemas son asuntos internos de China, condenamos y nos oponemos enérgicamente a la injerencia (...) en los asuntos internos chinos", dijo el diplomático, agregando que la Casa Blanca debe dejar de emitir "señales engañosas que provocan confusión".

China, enfatizó el diplomático, "recomienda a los países correspondientes que actúen con cautela al formular palabras y emprender acciones, y que no ofrezcan ningún apoyo a los involucrados en actos violentos y violaciones de la ley en Hong Kong".

La víspera en ese territorio tuvieron lugar dos manifestaciones, una con motivo del 22 aniversario de traspaso de la región a China, que reunió casi 550.000 personas y se desarrolló en un ambiente tranquilo.

Los participantes de la segunda protesta se reunieron cerca de la sede del Consejo Legislativo para expresar su rechazo ante las enmiendas a la ley de extradición, se mostraron agresivos y decidieron tomar por asalto la sede, de la que fueron evacuadas todas las personas, menos los agentes del orden público.

La policía tuvo que utilizar gases y porras para dispersar a los manifestantes, que habían bloqueado varias calles de Hong Kong.

A principios de junio, más de un millón de personas tomaron las calles de Hong Kong para oponerse al polémico proyecto de ley de extradición, que permitiría a Hong Kong entregar a prófugos a los territorios con los que no tiene acuerdos formales de extradición, como Taiwán, Macao y la China continental.

El 15 de junio el Gobierno suspendió el controvertido proyecto de ley, pero se negó a revocar por completo las enmiendas correspondientes.

Las protestas se reanudaron el 22 de junio, pero no fueron tan grandes y pronto se calmaron.

Los que se oponen a los cambios temen que eso permitirá extraditar a la China continental no solo a los funcionarios corruptos fugitivos sino también a quienes expresen desacuerdo con la política oficial de Pekín.