Los arqueólogos vuelven a las excavaciones en la cueva lucense de Triacastela, que ocuparon neandertales y cromañones//Es un salto en el tiempo de cien mil años atrás. Buscan restos de nuestros primeros antepasados.

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© ECGArqueólogos en la cueva de Eirós en la campaña de 2010
La cueva de Eirós, localizada al sur de la aldea de Cancelo, en el municipio lucense de Triacatela, es una especie de santuario para el estudio del Paleolítco en Galicia. Eirós, a otra escala, es una especie de Atapuerca galaica en la que los arqueólogos han sacado ya a la luz, de su subsuelo, más de 4.000 piezas. Son vestigios de la fauna y la industria lítica que utilizaron los ocupantes de esta gruta: neandertales, primero y luego, los cromañones.

A partir de hoy y hasta primeros de septiembre, un equipo de arqueólogos retoman, en la que es la cuarta campaña, las investigaciones y los trabajos de excavación en este yacimiento para seguir buscando restos de nuestros primeros antepasados y de sus modos de vida. El grupo, integrado por 14 personas, son investigadores de la USC. Se trata de un proyecto que dirige el profesor y catedrático de Prehistoria, Ramón Fábregas Valcarce, y que tiene como responsable y coordinador de las excavaciones a Arturo de Lombera Hermida, investigador adscrito al Institut Catalá de Paleoecologia Humana (Iphes) y licenciado en Historia por la USC.

Un referente

Eirós, por la riqueza de restos hallados, se ha convertido en un referente en Galicia y también en la cornisa del Cantábrico para el estudio del Paleolítico. Los vestigios desenterrados del subsuelo de esta cueva, pertenecientes a las comunidades de neandertales y cromañones que la ocuparon, se remontan, en función de los niveles datados en la excavación, desde cien mil años atrás los más antiguos hasta 14-12.000 los más recientes.

Es todo un salto en el tiempo que, gracias al material descubierto, permitirá a los investigadores estudiar y analizar las diferentes industrias líticas- herramientas- que dejaron los moradores de la cavidad y también de la fauna de aquella época, merced a los abundantes fósiles de animales que dejaron, como desperdicios de su alimentación, los inquilinos de la gruta de Eirós.

El yacimiento arqueológico de Eirós es un caso único en Galicia y en la franja del Cantábrico en lo que concierne al estudio del período Paleolítico. La singularidad de esta gruta radica en que la ocuparon neandertales y cromañones. Una circunstancia que posibilitará analizar cómo aprovechaban los recursos de un mismo espacio estas dos especies humanas antecesoras nuestras. Los neandertales serían algo similar a nuestros abuelos prehistóricos y los cromañones, denominados también Homo sapiens, serían nuestros padres prehistóricos, ya que de ellos descendemos.

El objetivo de la campaña que arranca hoy es, en principio, ampliar el área de excavación en la entrada de la cueva, según señaló el coordinador de los trabajos, el investigador Arturo de Lombera. En este espacio, hábitat de los humanos prehistóricos, "se concentran la mayoría de los restos fósiles hallados", según apunta Lombera. Esta concentración se explica por que "en la entrada de la cueva tenían el calor del sol, la luz y una panorámica del entorno, ya que la cueva se encuentra a unos 800 metros de altitud", señala el arqueólogo.

Colgante

Entre las piezas descubiertas destaca, en especial, un colgante elaborado con un diente de zorro perforado, con una antigüedad de 26.000 años, que es el adorno más antiguo hallado en suelo gallego y que constata la presencia humana en Eirós durante la última glaciación, cuando la nieve lo cubría todo.

Esta gruta, en el ámbito del estudio del Paleolítico en Galicia, es el primer yacimiento arqueológico en el que se ha documentado la presencia de neandertales.

En el terreno científico, la cueva de Eirós ya se había dado a conocer en 1993, gracias a un estudio sobre el oso cavernario. En un sondeo arqueológico realizado entonces , en una superficie de un metro cuadrado, se hallaron más de medio millar de piezas del Paleolítico Medio y Superior.