Ciento sesenta y seis personas han muerto en la ola de frío que azota Afganistán, según informó el sábado un funcionario, mientras las condiciones extremas amontonan la miseria en esta nación asolada por la pobreza.
© Omer Abrar/AFP
Unos niños transportan recipientes para buscar agua potable a lo largo de una carretera durante un frío día de invierno en el distrito de Yaftali Sufla, en la provincia afgana de Badakhshan, el 18 de enero de 2023.
Unos niños transportan recipientes para buscar agua potable a lo largo de una carretera durante un frío día de invierno en el distrito de Yaftali Sufla, en la provincia afgana de Badakhshan, el 18 de enero de 2023.
Las agencias de ayuda habían advertido antes de la ola de frío que más de la mitad de los 38 millones de afganos pasaban hambre, mientras que casi cuatro millones de niños sufrían malnutrición.
El Ministerio de Gestión de Catástrofes declaró el sábado que el número de víctimas mortales había aumentado en 88 durante la última semana y ascendía ya a 166, según los datos de 24 de las 34 provincias del país.
Las muertes fueron causadas por inundaciones, incendios y fugas de los calentadores de gas que las familias afganas utilizan para calentar sus hogares, dijo el funcionario del ministerio Abdul Rahman Zahid en una declaración por vídeo. Unas 100 viviendas quedaron destruidas o dañadas y casi 80.000 cabezas de ganado, un bien vital para los pobres de Afganistán, también murieron de frío.
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