La gran tormenta, conocida como Carina en Filipinas, ha causado graves inundaciones y deslizamientos de tierra, afectando principalmente a Metro Manila, Luzón Central y Calabarzon.
© GMA Regional TV One North Central Luzon
En Calabarzon, las causas de las muertes incluyen ahogamientos en Cavite, deslizamientos de tierra y la caída de un árbol en Batangas, además de electrocuciones en Rizal. En Metro Manila, los fallecimientos se debieron a ahogamientos y electrocuciones.
Gaemi alcanzó vientos de 150 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 185 kilómetros por hora, según la agencia meteorológica filipina. La Agencia Meteorológica Central de Taiwán (CWA) llegó a emitir una alerta marítima de tsunami.
Además, la PNP reportó seis heridos en Rizal y dos personas desaparecidas, y expresó sus condolencias a las familias afectadas por la tragedia. «Nos solidarizamos con aquellos que han perdido sus hogares, sufrido heridas, perdido sus medios de vida o seres queridos,» declaró la PNP. «Nuestros oficiales están trabajando incansablemente en el terreno para brindar asistencia donde más se necesita. Juntos, podemos superar los desafíos traídos por el tifón Gaemi.»
Según el último informe de la Oficina Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres, más de 1.1 millones de personas han sido afectadas por el tifón Gaemi, el monzón del suroeste y la depresión tropical Butchoy.
El Servicio Meteorológico Estatal informó que Gaemi salió del área de responsabilidad filipina a las 6:20 a.m. del jueves, pero seguirá intensificando el monzón del suroeste, provocando fuertes lluvias, especialmente en la región de Ilocos.
Última hora: Gaemi toca tierra en China
En China, el tifón Gaemi tocó tierra en la provincia de Fujian a las 8:00 p.m. hora local, después de ser el más fuerte en golpear Taiwán en ocho años. En Taiwán, la tormenta convirtió las calles de Kaohsiung en ríos, cerró escuelas y obligó a la evacuación de miles de personas. Las autoridades taiwanesas reportaron al menos cuatro muertos y unos 500 heridos.
La situación en Taiwán llevó al gobierno a suspender algunos ejercicios militares anuales destinados a prepararse para una posible invasión de China, que reclama la soberanía de la isla.
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