El volcán de Las Cañadas desapareció de la isla de Tenerife al ser «devorado» por tsunamis. Pero sus huellas permanecen. Vulcanólogos de la Universidad de Leicester han publicado en Geology evidencias del «enorme» corrimiento de tierra que provocó tras erupcionar hace 733.000 años. «Es impresionante: los restos del derrumbamiento se extienden al otro lado del océano», dice el profesor Mike Branney, del departamento de Geología.

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© DesconocidoRestos de la erupción en Abona
Tras explosionar, el «paisaje quedó destrozado: los escombros formaron presas en los ríos y cambiaron la geografía de la isla y el rumbo de las explosiones volcánicas en el futuro».

Para Branney, se demuestra «que no es necesario un cambio climático para que se produzcan» estos corrimientos. Sobre la posibilidad de una erupción en El Hierro, que ha provocado el desalojo de decenas de vecinos, asegura que «en esa zona no suelen producirse grandes erupciones», su «composición es diferente» y no hay por qué «predecir colapsos».

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