Traducido por el equipo de SOTT.net
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© Ron Lach from Pexels
Algunas personas se despiertan recordando vívidamente sus sueños de la noche, y pueden contar historias precisas experimentadas durante la noche, mientras que otras luchan por recordar incluso un solo detalle. ¿Por qué ocurre esto? Un nuevo estudio, realizado por investigadores de la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca y publicado en Communications Psychology, explora los factores que influyen en el llamado «recuerdo de los sueños» -la capacidad de recordar los sueños al despertar- y desvela qué rasgos individuales y patrones de sueño determinan este fenómeno.

La razón por la que hay tanta diferencia a la hora de recordar los sueños sigue siendo un misterio. Según algunos estudios, las mujeres, los jóvenes o las personas con tendencia a soñar despiertos suelen recordar mejor los sueños nocturnos. Pero otros estudios no confirmaron estos resultados.

Otras hipótesis, como que los rasgos de personalidad o las capacidades cognitivas cuentan, recibieron aún menos apoyo de los datos. Durante la reciente pandemia de COVID, el fenómeno de las diferencias individuales en el recuerdo matutino de los sueños atrajo de nuevo la atención del público y de los científicos cuando se informó en todo el mundo de un brusco aumento del recuerdo matutino de los sueños.

La nueva investigación, realizada en colaboración con la Universidad de Camerino, se llevó a cabo en los años 2020 a 2024, y contó con más de 200 participantes, de entre 18 y 70 años, que registraron sus sueños diariamente durante 15 días mientras se hacía un seguimiento de sus datos cognitivos y de sueño mediante dispositivos portátiles y pruebas psicométricas.

A cada participante en el estudio se le entregó una grabadora de voz para que informara, cada día justo después de despertarse, sobre las experiencias que había tenido durante el sueño. Los participantes debían informar si recordaban haber soñado o no, si tenían la impresión de haber soñado pero no recordaban nada de la experiencia, y describir el contenido del sueño si eran capaces de recordarlo.

Durante todo el estudio, los participantes también llevaban un actígrafo, un reloj de pulsera de control del sueño que detecta la duración, la eficiencia y las alteraciones del sueño. Al principio y al final del periodo de grabación de los sueños, los participantes fueron sometidos a pruebas psicológicas y cuestionarios que miden diversos factores, desde los niveles de ansiedad hasta el interés por los sueños, la propensión a la divagación mental (la tendencia a desviar con frecuencia la atención de la tarea en curso hacia pensamientos no relacionados o reflexiones internas), hasta pruebas de memoria y atención selectiva.

El recuerdo de los sueños, definido como la probabilidad de despertarse por la mañana con impresiones y recuerdos de una experiencia onírica, mostró una variabilidad considerable entre individuos y se vio influido por múltiples factores. El estudio reveló que las personas con una actitud positiva hacia los sueños y una tendencia a la divagación mental tenían muchas más probabilidades de recordar sus sueños. Los patrones de sueño también parecían desempeñar un papel fundamental: las personas que experimentaban periodos más largos de sueño ligero tenían más probabilidades de despertarse recordando sus sueños.

Los participantes más jóvenes mostraron mayores tasas de recuerdo de los sueños, mientras que los individuos de más edad experimentaron a menudo «sueños blancos» (una sensación de haber soñado sin recordar ningún detalle). Esto sugiere cambios relacionados con la edad en los procesos de memoria durante el sueño. Además, se observaron variaciones estacionales: los participantes indicaron recordar menos los sueños en invierno que en primavera, lo que apunta a la posible influencia de factores ambientales o circadianos.

«Nuestros hallazgos sugieren que el recuerdo de los sueños no es sólo una cuestión de azar, sino un reflejo de cómo interactúan las actitudes personales, los rasgos cognitivos y la dinámica del sueño», explica el autor principal, Giulio Bernardi, profesor de psicología general en el IMT School. «Estos conocimientos no sólo profundizan nuestra comprensión de los mecanismos que subyacen al sueño, sino que también tienen implicaciones para explorar el papel de los sueños en la salud mental y en el estudio de la conciencia humana.»

«Los datos recogidos dentro de este proyecto servirán de referencia para futuras comparaciones con poblaciones clínicas», añade Valentina Elce, investigadora del IMT School y primera autora del estudio. «Esto nos permitirá avanzar en la investigación sobre las alteraciones patológicas del sueño y su potencial valor pronóstico y diagnóstico».

Más información: The individual determinants of morning dream recall (Los determinantes individuales del recuerdo matutino de los sueños), Communications Psychology (2025). DOI: 10.1038/s44271-025-00191-z

Información de la revista: Communications Psychology