Los petroglifos de la Maragatería no son sólo uno de los hallazgos más fascinantes del arte rupestre de los últimos años, sino que contienen los laberintos más antiguos del mundo.

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© Tomás ÁlvarezEl descubridor de los petroglifos maragatos, Juan Carlos Campos, señala unos de los laberintos.
Su descubridor, el astorgano Juan Carlos Campos, un aficionado a la arqueología, sabía la importancia de estos grabados prehistóricos mucho antes de que los investigadores de la Universidad les prestaran atención y certificaran que, efectivamente, son, como mínimo, del Calcolítico - período intermedio entre el Neolítico y la Edad del Bronce - ; es decir, más de 5.000 años de antigüedad.

Campos no se ha limitado a descubrir petroglifos y cazoletas en Maragatería, sino que ha tratado de desvelar por qué están aquí. A principios de diciembre publicará un libro, titulado Petroglifos en Maragatería, con revelaciones sorprendentes. Promete contarlo todo. Sin reservas. El libro, con una tirada inicial de mil ejemplares, que se ha costeado de su bolsillo, trata de probar que los laberintos que localizó en Peñafadiel - dos piedras gigantescas con tres laberintos cada una - son los más antiguos del mundo. «Son seis laberintos muy extraños. No hay ninguno igual en otra parte», asegura. Campos defiende que en la Maragatería puede estar «la cuna» de los laberintos. Lamenta que «aquí, lamentablemente, no les prestamos atención».

«Durante mucho tiempo se pensó que el laberinto de Creta era el más antiguo. Luego, se descubrió otro anterior en una tablilla en Pylos (Grecia), fechado en torno al año 1.200 antes de Cristo. Pero los leoneses son de hace 4.500 años; es decir, mil años anteriores», sostiene Campos.

El descubridor de los petroglifos explica que los petroglifos de Maragatería echan por tierra las tesis de los historiadores que defendían que los laberintos se propagaron desde Grecia al resto del Mediterráneo. «Cuando se creía que los petroglifos de Mogor (Pontevedra) databan de finales de la Edad del Bronce se propuso la teoría de los contactos comerciales marítimos entre la zona mediterránea y el noroeste peninsular para explicar la existencia de los laberintos gallegos». Sin embargo, «mucho antes de la civilización cretense los laberintos de Maragatería ya estaban aquí. Así que, en todo caso, fue desde la Maragatería desde donde se 'exportaron'». Campos insiste en que «no se conoce otro lugar en el mundo donde se puedan contemplar seis laberintos prehistóricos juntos», con la particularidad de que presentan distintos patrones, es decir, son de diseños y tamaños diferentes.

Una autoridad mundial. Campos contactó con Jeff Saward, uno de los expertos más reconocidos del mundo en historia de los laberintos. Le envió las fotografías de los petroglifos leoneses y Saward se presentó a las dos semanas en la Maragatería. «Se quedó impresionado».

El especialista norteamericano afirma en el número 38 de la revista Caerdroia que «los laberintos descubiertos en la provincia de León son uno de los grupos de laberintos más difíciles de explicar».

En su libro, Campos desvelará más datos de sus hallazgos rupestres. Ya ha enviado un borrador del texto a los profesores Ana Neira y Federico Bernaldo de Quirós, del Área de Prehistoria de la Universidad de León, a los que la Junta encomendó hace más de dos años la investigación de los petroglifos descubiertos por Campos, que parece llevarles la delantera en sus pesquisas.

Los dos profesores de la Universidad de León presentaron a finales de julio un anticipo de sus investigaciones en el Congreso Internacional de Arqueología de Villalba (Lugo), donde vincularon los petroglifos leoneses con los famosos conjuntos de petroglifos galaicos, aunque, a la vez, dejaron claro que los leoneses tienen características específicas, y que en la confección de los laberintos debió de emplearse «algún tipo de instrumento rotatorio».

Estos dos conjuntos de grabados, ubicados cerca del Teleno, fueron descubiertos por Campos el 20 de enero de 2008. Meses más tarde la Consejería de Cultura decidía financiar un proyecto titulado Diagnosis, limpieza, documentación, estudio y conservación de grabados rupestres en Maragatería, en el que se incluían, también, otros grabados prehistóricos de la zona.

Falta averiguar si estamos ante las primeras manifestaciones de escritura y cuál es su significado. Podrían ser representaciones solares que servían a las primitivas sociedades campesinas para llevar a cabo ritos de iniciación o propiciar la fertilidad.

En las dos grandes losas de Peñafadiel aparece grabada una cruz de brazos iguales, un surco que desemboca en un haz de líneas y una especie de hoja. Son dibujos sin precedentes. «Muy raros», como certifica el experto Jeff Saward. Tres laberintos en cada una de estas dos rocas, decoradas también con cavidades redondas o cazoletas. El estudio certificó que primero se hicieron los laberintos y luego las cazoletas. Sin duda, una historia fascinante que podría deparar nuevas sorpresas...