Traducido por el equipo de SOTT.net

Los investigadores analizaron el ADN antiguo de dos momias de lo que hoy es Libia para aprender acerca de las personas que vivieron en el «Sahara Verde» hace 7.000 años.
Naturally mummified human remains
© Archaeological Mission in the Sahara, Sapienza University of RomeLos restos humanos momificados de forma natural hallados en el abrigo rocoso de Takarkori, en el desierto del Sáhara, apuntan a una población humana desconocida hasta ahora.
Dos momias de 7.000 años de antigüedad pertenecen a un linaje humano desconocido hasta ahora que permaneció aislado en el norte de África durante miles de años, según un nuevo estudio.

Las momias son los restos de mujeres que vivieron en el «Sáhara Verde», también conocido como el Periodo Húmedo Africano. Hace entre 14.500 y 5.000 años, el ahora inhóspito Sáhara era una sabana húmeda y verde, hogar de humanos que cazaban y, con el tiempo, pastoreaban animales junto a lagos y ríos.

El ADN de las dos momias reveló que el linaje norteafricano, nunca antes visto, era distinto y estaba aislado de las poblaciones que vivían en el África subsahariana en la misma época. Los hallazgos, publicados el 2 de abril en la revista Nature, sugieren que hubo poco intercambio genético a través del Sáhara Verde durante esta época, aunque algunas prácticas culturales podrían haberse extendido por la región.

Entre 2003 y 2006, los arqueólogos desenterraron los restos de 15 individuos en el abrigo rocoso de Takarkori, situado cerca de la mitad del Sáhara, en lo que hoy es el suroeste de Libia. El yacimiento incluía pruebas de ocupación humana y pastoreo de hace más de 8.000 años. De los 15 individuos, la mayoría mujeres y niños, dos se habían momificado de forma natural, lo que ayudó a preservar su ADN.

«Tuvimos mucha suerte de contar con muestras conservadas a este nivel», declaró a la revista Science Nada Salem, coautora del estudio y paleogenetista del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania. Las altas temperaturas de la región pueden descomponer rápidamente el ADN de los restos humanos, dejando pocos ejemplos de ADN antiguo en la región.

Un estudio de 2019 examinó el ADN mitocondrial de los mismos restos. Sin embargo, el ADN mitocondrial, que solo se hereda de la madre, no proporciona tanta información sobre la dinámica de la población como el ADN de los cromosomas, que se hereda de ambos padres. Para obtener estos datos de todo el genoma, los investigadores extrajeron ADN conservado de los restos momificados y lo compararon con ADN de unos 800 individuos actuales de África, Oriente Próximo y el sur de Europa, junto con 117 genomas antiguos de las mismas regiones.

El equipo descubrió que los individuos de Takarkori poseían marcadores genéticos distintos de las poblaciones del África subsahariana, lo que sugiere que procedían de un linaje desconocido hasta ahora y relativamente aislado que divergió de las poblaciones del África subsahariana hace unos 50.000 años. Sin embargo, los individuos tenían algunos antepasados del Levante, una franja de tierra que bordea el Mediterráneo oriental. El ADN de los Takarkori también mostraba rastros de ancestros neandertales que sólo podían haberse adquirido fuera de África, ya que los neandertales vivían en Eurasia. Pero los genomas de las momias contenían 10 veces menos ADN neandertal que los de las personas que viven fuera de África en la actualidad.

Los hallazgos sugieren que el Sáhara Verde no actuó como corredor migratorio entre el África subsahariana y el norte de África. Sin embargo, las pruebas arqueológicas sugieren que sí se produjo un intercambio cultural entre ambas regiones.

«Ahora sabemos que estaban aislados en términos genéticos, pero no en términos culturales», declaró a la CNN Savino di Lernia, coautor del estudio y arqueólogo de la Universidad Sapienza de Roma. «Hay muchas redes que conocemos de varias partes del continente, porque tenemos cerámica procedente del África subsahariana. Tenemos cerámica procedente del valle del Nilo y similares».

Los investigadores sospechan que el auge del pastoreo en el Sáhara también surgió probablemente de interacciones con otros grupos que criaban animales domesticados en aquella época, más que de migraciones a gran escala.

Este linaje aislado ya no existe en su forma original hoy en día, pero en algún momento personas de este linaje se mezclaron con forasteros, razón por la cual algunas personas que viven hoy en el norte de África han heredado fragmentos de este patrimonio genético, según descubrieron los investigadores.

«Al arrojar luz sobre el pasado profundo del Sáhara, pretendemos aumentar nuestros conocimientos sobre las migraciones humanas, las adaptaciones y la evolución cultural en esta región clave», declaró di Lernia en un comunicado.