Un equipo de la Universidad de Heidelberg que excavaba en Irak realizó un hallazgo espectacular: En la sala del trono del Palacio Norte del rey Asurbanipal, en la antigua ciudad de Nínive, los arqueólogos descubrieron grandes porciones de un relieve monumental que representa al gobernante del imperio asirio del siglo VII a.C. junto con dos importantes deidades y otras figuras.
El relieve estaba tallado en una enorme losa de piedra de 5,5 metros de largo por tres de alto y un peso aproximado de 12 toneladas. Para los investigadores, el hallazgo es extraordinario no sólo por su tamaño, sino también por las escenas representadas.
"Entre los numerosos relieves de palacios asirios que conocemos, no hay ninguna representación de deidades importantes", afirma el jefe de las excavaciones en el Palacio Norte, el Prof. Dr. Aaron Schmitt, del Instituto de Prehistoria, Protohistoria y Arqueología del Próximo Oriente Antiguo.

En el centro del relieve recientemente descubierto aparece el rey Asurbanipal, el último gran gobernante del imperio asirio. Está flanqueado por dos divinidades supremas: los dioses Ashur e Ishtar, diosa patrona de Nínive. A ambos les sigue un genio pez, que concede a los dioses y al soberano la salvación y la vida, así como una figura de apoyo con los brazos levantados, que muy probablemente sea restaurada como un hombre-escorpión. "Estas figuras sugieren que sobre el relieve se montaba originalmente un enorme disco solar alado", explica Aaron Schmitt. En los próximos meses, basándose en los datos recogidos in situ, los investigadores estudiarán en detalle la representación y el contexto del hallazgo y publicarán los resultados en una revista científica.
Según el profesor Schmitt, el relieve se encontraba originalmente en un nicho frente a la entrada principal del salón del trono, es decir, el lugar más importante del palacio. Los investigadores de Heidelberg descubrieron los fragmentos del relieve en una fosa llena de tierra situada detrás de este nicho. Probablemente fue excavado en la época helenística, en el siglo III o II antes de Cristo. "El hecho de que estos fragmentos estuvieran enterrados es seguramente una de las razones por las que los arqueólogos británicos no los encontraron hace más de cien años", supone el profesor Schmitt. Según lo acordado con la Junta Estatal Iraquí de Antigüedades y Patrimonio (SBAH), el plan a medio plazo es colocar el relieve en su emplazamiento original y abrirlo al público.
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