Pero sin dudas hay que abrir una crítica con todo lo que ha venido sucediendo con el fútbol, esta "pasión de multitudes" como suele llamársela, en estos últimos años, y a pasos cada vez más acelerados. Los campeonatos mundiales ponen en evidencia de un modo particularmente grotesco lo que ha pasado a ser el fútbol profesional en nuestra aldea global: un fabuloso mecanismo de control social.
Sería ingenuo pensar que el Campeonato Mundial, esa parafernalia mediática que cada cuatro años crea un escenario ilusorio de 30 días de duración, sirve a los poderes fácticos para hacer o dejar de hacer lo que son sus planes geoestratégicos de dominación a largo plazo. No necesitan de él para invadir países, para aumentar el precio de los combustibles o para desviar la atención sobre la catástrofe medioambiental en curso debida al mismo modelo insostenible de desarrollo, sólo por dar sólo algunos ejemplos.

El desconsuelo de los sobrevivientes de la masacre, que se alojaron ayer en un hotel de Oslo
La violencia continuó, menos de dos horas después, en la isla Utoya, al noroeste de la capital, cuando Breivik, disfrazado de policía, abrió fuego en un campamento juvenil del gobernante Partido Laborista y mató a, por lo menos, 85 personas.
Geir Lippestad, abogado de Breivik, dijo que el militante radical admitió que los atentados habían sido "atroces pero necesarios". La masacre de Utoya fue la mayor matanza a manos de un solo atacante con arma de fuego en la historia del mundo.
En la isla de Utøya se celebraba una reunión-campamento de la Liga Juvenil de Trabajadores del Partido Laborista (Arbeidaranes Ungdomsfylking, AUF, por sus siglas en noruego) cuyo representante, Eskil Pedersen, es uno de los defensores más importantes del boicot a Israel en Europa, y con posicionamientos de gran importancia.
Boicot a Israel
La implicación de Noruega en el boicot a Israel es fundamental y hiere sensibilidades. El boicot universitario fue liderado por una de las instituciones académicas más importantes de Noruega, la Universidad de Bergen, que tiene intención de imponer un boicot académico contra Israel por un comportamiento que califica de similar al del apartheid (YNET, 24 de enero de 2010); la acompañó la junta rectora de la Universidad de Trondheim, donde se discutió y votó si unirse o no al boicot académico contra Israel.
El académico ultraconservador, fundador de la Escuela de Chicago, sostenía:
"Sólo una crisis -real o percibida- produce verdaderos cambios. Cuando la crisis ocurre, las acciones que son tomadas dependen de las ideas circundantes. Esa, creo, es nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes para mantenerlas vivas y disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en políticamente inevitable".El Chile de Pinochet es ejemplo vivo de este pensamiento aplicado con devota ortodoxia, como lo fue posteriormente América Latina, con excepción de Cuba. Igualmente, los países de Europa oriental después del derrumbe del socialismo real.
Pero en los tres últimos años los señores del dinero se lanzaron al despojo sin contemplaciones de millones de trabajadores, pensionados y jóvenes en Estados Unidos y la Europa del euro. En América Latina, sin embargo, estalló y se fortalece a partir de los años 90 la rebelión antineoliberal y antihegemónica, cuyo eco llega ya a Medio Oriente, Europa y el propio Estados Unidos.
No obstante, advirtieron sobre la necesidad de calificar estos hechos no como un "feminicidio" sino como un "generocidio", ya que en muchos casos los hombres también son víctimas de violaciones cometidas con el objetivo de extender el terror. "En Argentina recién está apareciendo esta cuestión a partir de los testimonios que las víctimas están prestando en los juicios", aseguró la argentina Ana González, quien es antropóloga social y ex funcionaria de la ONU en la Misión de Paz para Guatemala.
Pero a diferencia de otros lugares como Guatemala, donde "la violación sexual de mujeres fue parte del entrenamiento militar, en Argentina aparece más como un exabrupto o malos hábitos de los que tenían mujeres en cautiverio bajo su supervisión".
Sólo existe una explicación posible: En el pasado hubo una devastación nuclear de proporciones bíblicas. Cuando Oppenheimer expresó su frase terrible, indignado por su descubrimiento y efectos: " I am become the destroyer of worlds" ("He llegado a ser el destructor de mundos") , se refería claramente a las consecuencias de su hallazgo bélico, pero también a la lectura de los antiguos libros sagrados de la India. Claramente, los desiertos hoy en un gran número de continentes, son el resultado de guerras nucleares de un pasado remoto.
Este proceso (donde se aprovechan tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad capitalista) permitió la consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales "ganadores" de la crisis iniciada en el 2008 que se deglutieron a las instituciones quebradas mediante compras o fusiones forzadas.
No se trató (como quieren hacer creer las autoridades del sistema) de una "crisis involuntaria" sino de un proceso inducido de acumulación capitalista a través de la especulación financiera que terminó (como efecto no deseado) impactando en las variables de la economía real con las sociedades (sobre todo las más desprotegidas) pagando el costo del nuevo proceso de acumulación capitalista.
El sistema nervioso es similar a un complejo circuito eléctrico en el que las neuronas dan las órdenes y hacen de "interruptores" y los nervios de "cables" que las transmiten mediante impulsos eléctricos haciendo que funcionen los órganos. Cuando las neuronas o los propios nervios se lesionan o degeneran puede interrumpirse el circuito dejando a unos y otros sin funcionalidad. En las lesiones medulares lo que se daña es "el cable", el nervio que conduce la información. La médula espinal es la zona del sistema nervioso central que se halla alojada en el conducto raquídeo y posee 31 pares de nervios que se encargan de llevar los impulsos nerviosos desde el encéfalo a los órganos y músculos de tronco, cuello y extremidades y, paralelamente, las sensaciones de éstos hasta el cerebro.

Christophe Oberlin es un cirujano especializado en microcirugía y en cirugía de la mano, responsable de misiones de cirugía reparadora de las parálisis entre los heridos palestinos desde diciembre de 2001 y profesor de varias universidades. Tiene un centenar de publicaciones y dos libros traducidos al inglés y al chino. Es responsable de dos licenciaturas de universidad.
Su relato es muy apasionante [1]. Nos hace entrar en la vida cotidiana de estas familias asediadas, expuestas a todo tipo de dificultades, que sobreviven y se rehacen volviéndose hacia el futuro haga lo que haga Israel. Se comprende que desde que usted llegó a Gaza en diciembre de 2001 haya visto con incredulidad a los aviones del ejército israelí surgir a baja altura, atravesar la barrera del sonido y arrojar bombas sobre una población pacífica. Diez años después de ese primer contacto con la violencia, ¿qué ha cambiado en su percepción?
Christophe Oberlin:
Lo que ha cambiado es que hoy hago una correlación entre lo que veo sobre el terreno y lo que nos dicen nuestros medios de comunicación y nuestros políticos. Su manera de presentar los hechos raramente se corresponde con lo que constato sobre el terreno. Esto me irritó, así que anulé la suscripción a ciertos periódicos, dejé de leer y de escuchar la información en la radio y la televisión. Prefiero una información de calidad a través de otras fuentes.
Silvia Cattori:
Se comprende que muy rápido el cirujano que fue a Gaza para salvar vidas fue llevado a reflexionar sobre el trasfondo de estos reiterados baños de sangre tras tenerse que enfrentar a tanto cuerpos mutilados. Dar testimonio de lo que usted había visto y restablecer una información que nuestros medios de comunicación habían sesgado, ¿no era para usted una forma de devolver la justicia y la dignidad a este pueblo?
La Oficina Nacional de Control de Drogas de EU activó esta semana la alarma de la adicción a drogas prescritas, las de mayor crecimiento. El número de recetas de opiáceos creció de 174 millones el año 2000 a 257 millones en 2009; la dosis por persona creció de 74 mg en 1997 a 369 mg en 2007; más de 70% de los consumidores obtienen las drogas de amigos y familiares. Se habla de un "farmagedón".
Extrañamente, el gobierno enfoca su radar sobre los pacientes "compradores de médicos", no sobre los médicos mismos ni sobre las firmas farmacéuticas que los sobornan, no digamos el paradigma biológico del desorden mental, que postula enfermedades para que encajen con las drogas formuladas, no al revés. Si una droga disminuye la dopamina cerebral, se postula que la esquizofrenia es causada por alta dopamina. Hay que recetarla.
Ya que estas drogas están legitimadas por el saber médico, muchas personas las consumen creyéndolas inocuas. La cantidad de solicitantes de seguro por discapacidad mental creció de uno entre184 en 1987 a uno entre 76 americanos en 2007. El número de menores dopados creció 35 veces en el mismo periodo. El desorden mental es ahora la causa principal de incapacidad infantil.