
Christophe Oberlin es un cirujano especializado en microcirugía y en cirugía de la mano, responsable de misiones de cirugía reparadora de las parálisis entre los heridos palestinos desde diciembre de 2001 y profesor de varias universidades. Tiene un centenar de publicaciones y dos libros traducidos al inglés y al chino. Es responsable de dos licenciaturas de universidad.
Su relato es muy apasionante [1]. Nos hace entrar en la vida cotidiana de estas familias asediadas, expuestas a todo tipo de dificultades, que sobreviven y se rehacen volviéndose hacia el futuro haga lo que haga Israel. Se comprende que desde que usted llegó a Gaza en diciembre de 2001 haya visto con incredulidad a los aviones del ejército israelí surgir a baja altura, atravesar la barrera del sonido y arrojar bombas sobre una población pacífica. Diez años después de ese primer contacto con la violencia, ¿qué ha cambiado en su percepción?
Christophe Oberlin:
Lo que ha cambiado es que hoy hago una correlación entre lo que veo sobre el terreno y lo que nos dicen nuestros medios de comunicación y nuestros políticos. Su manera de presentar los hechos raramente se corresponde con lo que constato sobre el terreno. Esto me irritó, así que anulé la suscripción a ciertos periódicos, dejé de leer y de escuchar la información en la radio y la televisión. Prefiero una información de calidad a través de otras fuentes.
Silvia Cattori:
Se comprende que muy rápido el cirujano que fue a Gaza para salvar vidas fue llevado a reflexionar sobre el trasfondo de estos reiterados baños de sangre tras tenerse que enfrentar a tanto cuerpos mutilados. Dar testimonio de lo que usted había visto y restablecer una información que nuestros medios de comunicación habían sesgado, ¿no era para usted una forma de devolver la justicia y la dignidad a este pueblo?