Ciencia y Tecnología
Durante un cuarto siglo el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), la sonda espacial que fue puesta en marcha hace 25 años por la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), ha sido esencial para ayudar a los científicos a estudiar el corazón de nuestro sistema solar, el Sol.
Aunque todos los planetas de nuestro Sistema Solar han sido visitados por naves espaciales durante casi los últimos 60 años, su frontera exterior, más allá de Neptuno, apenas fue explorada. Allí existe evidencia circunstancial de que podría alojarse un planeta de cinco veces la masa de la Tierra, denominado Planeta Nueve. De ser real, este se mueve a lo largo de una órbita muy amplia que lo ubicaría 800 veces más lejos del Sol que la Tierra.
China activó con éxito el viernes su reactor experimental de fusión nuclear más avanzado, informó la agencia de prensa estatal Xinhua, lo que marca un gran paso en la investigación del gigante asiático para producir energías con bajas emisiones de carbono.

La imagen de una región activa de los bucles coronales del Sol tomada entre el 8 y el 10 de febrero de 2014.
Un nuevo tipo de computación cuántica llamado muestreo de bosones es capaz de realizar cálculos que ningún ordenador "clásico" podría llevar a cabo en un tiempo razonable. Esta es la segunda vez que esta hazaña, conocida como supremacía cuántica, ha sido reclamada para un algoritmo cuántico después de que Google dijera en 2019 que su dispositivo Sycamore había logrado esto.

Los láseres se usan en un nuevo tipo de computación cuántica llamado muestreo de bosones
Si disparas muchos fotones a través de una secuencia de divisores de rayos muchas veces seguidas, comienzan a surgir patrones en las trayectorias de los fotones que son extraordinariamente difíciles de simular o predecir con las computadoras clásicas. Encontrar posibles conjuntos de trayectorias de fotones en esta configuración se denomina muestreo de bosones, y un dispositivo de muestreo de bosones es un tipo de computadora cuántica, aunque con un propósito muy concreto.
El telescopio tomó la foto el 28 de enero de 2020, pero no fue publicada hasta ahora junto a un nuevo artículo de Thomas Rimmele, director asociado del Observatorio Solar Nacional (NSO) de la organización y responsable de construir y operar el Telescopio Solar Inouye (NSF) y su equipo.
Los astrónomos creen poder vislumbrar la estructura de un agujero negro, después de que el telescopio espacial Hubble divisara una colección de rayos y sombras que emanan del centro de una galaxia a millones de años-luz de distancia.

Imagen del Hubble mostrando rayos brillantes y sombras oscuras provenientes del núcleo ardiente de la galaxia IC 5063.
Sin embargo, los expertos han notado vastas sombras y estrechos rayos brillantes que se extienden desde el centro de la galaxia IC 5063, como si algo enorme se interpusiera en el camino de la intensa luz.
Los expertos creen que podría ser un agujero negro en el corazón de la galaxia que proyecta su sombra en el espacio, y una peculiaridad de la alineación podría estar permitiéndoles vislumbrar su estructura.
Las estrellas son bastante pacientes. Pueden vivir miles de millones de años, y típicamente hacen lentas transiciones - a veces durante muchos millones de años - entre las diferentes etapas de sus vidas. Así que cuando el comportamiento de una estrella previamente típica cambia rápidamente en unas pocas décadas, los astrónomos toman nota y se ponen a trabajar.

Dos imágenes de la nebulosa Stingray, situada en dirección a la constelación sureña de Ara - o el Altar - capturadas con 20 años de diferencia por el telescopio espacial Hubble de la NASA. La imagen de la izquierda fue tomada en marzo de 1996, mientras que la imagen de la derecha fue capturada en enero de 2016.
La diminuta nebulosa Stingray apareció inesperadamente en la década de 1980 y fue capturada en imágenes por primera vez por los científicos en la década de 1990 utilizando el telescopio espacial Hubble de la NASA. Es de lejos la nebulosa planetaria más joven de nuestro cielo. Un equipo de astrónomos analizó recientemente una imagen más reciente de la nebulosa, tomada en 2016 por el Hubble, y encontró algo inesperado: Como informan en un artículo aceptado por la Astrophysical Journal, la nebulosa Stingray se ha desvanecido significativamente y ha cambiado de forma en el curso de sólo 20 años.
Si el oscurecimiento continúa al ritmo actual, en 20 ó 30 años la nebulosa Stingray será apenas perceptible, y probablemente ya se estaba desvaneciendo cuando el Hubble obtuvo las primeras imágenes claras de ella en 1996, según el autor principal Bruce Balick, un profesor emérito de astronomía de la Universidad de Washington.
Un nuevo implante cerebral con electrodos podría ayudar a personas ciegas a percibir formas y letras

Cerebro de uno de los animales con la localización de las 16 matrices de microelectrodos. Se indican también las ubicaciones de las áreas cerebrales V1 y V4.
Asimismo, gracias al elevado número de electrodos (1024), han podido comprobar que las percepciones se producen en una porción significativa del campo visual y con una resolución mucho más alta de lo que se había conseguido hasta la fecha.
La nueva teoría sugiere que el ciclo climático de 60 años de la Tierra podría ser impulsado por oscilaciones planetarias que dirigen micrometeoros hacia la Tierra, creando más polvo - lo que cambiaría la cobertura de las nubes.
Un artículo publicado en Geophysical Research Letters afirma que hay cada vez más evidencia de que el ciclo climático de 60 años de la Tierra puede ser impulsado por oscilaciones planetarias. Afirman que un ciclo climático de 60 años se encuentra en la oscilación multidecadal del Atlántico, los avistamientos de auroras, las precipitaciones y los registros climáticos oceánicos.
El documento dice:
"...la excentricidad orbital de Júpiter presenta oscilaciones prominentes con un período de casi 60 años debido a su acoplamiento gravitacional con Saturno". Los autores proponen que el sistema planetario modula el polvo interplanetario que cae en la Tierra y modifica la cobertura de las nubes.
La excentricidad orbital de Júpiter presenta una fuerte oscilación de 60 años que está bien correlacionada con varios registros climáticos y con la oscilación de 60 años encontrada en los largos registros de caída de meteoritos desde el siglo VII.
Dado que las caídas de meteoritos son el aspecto más macroscópico del polvo espacial cayendo hacia la Tierra, concluimos que el polvo interplanetario debería modular la formación de las nubes y, por lo tanto, impulsar cambios climáticos".
Comentario: Véase también (en inglés):
La Inteligencia Artificial de Google promociona un experimento de "supremacía cuántica usando un procesador superconductor programable.