Esta semana he publicado un artículo sobre un informe elaborado por el Ministerio de Defensa de Rusia relativo a los biolaboratorios americanos en territorios africanos. Una información que me pareció interesante, sobre todo por las implicaciones que esto pueda tener a nivel de salud a nivel mundial.
© Kateryna Kon / ShutterstockBacillus anthracis, bacteria grampositiva que forma esporas que causa el ántrax y se utiliza como arma biológica.
Ya hemos visto cómo la mayoría de las evidencias apuntan al origen de laboratorio de la covid-19, tal y como se señala en el informe aprobado por la comisión específica de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (contando con el voto tanto de republicanos como de demócratas).
Un riesgo, el de experimentar con patógenos, que para no pocos expertos pasa la línea roja del riesgo asumible. Las investigaciones sobre "ganancia de función" son objeto de intensos debates, sobre todo a nivel ético, pues mientras algunos juegan a ser pequeños dioses, alegando querer ir "por delante de la naturaleza", otros consideran que la realidad dista mucho de tener ese objetivo, sino más bien el de poder utilizar esos patógenos más infecciosos y más letales (con la modificación hecha en el laboratorio) para ser utilizados contra grupos de la población. Es decir, el riesgo de ser empleados como
armas biológicas. Existe el riesgo de que así sea, y desde luego, quien desdeñe esta posibilidad parece no darse cuenta del tipo de psicópatas que abundan por doquier.
Comentario: Como si no existieran servicios de VPN para esconder la dirección IP de cualquier computador.