Al parecer, hemos estado a punto de sufrir otra hecatombe económica mundial. En China, la mayor potencia económica del mundo, el imperio de los fuegos de artificio, ha explotado una burbuja que ha hundido las bolsas del país asiático... O eso nos han contado. Porque, la verdad, es que para quienes no somos economistas, aparte de lo ciertamente incomprensible que nos resulta el funcionamiento de la bolsa, todo este jaleo parece haber quedado poco más que en agua de borrajas.

© Desconocido"En la bolsa la codicia es una virtud que necesita la miseria de algunos para subsistir"
Es curioso que, en lo que a economía se refiere, la gran mayoría, que desconocemos los entresijos de estos extraños 'juegos' de cifras y términos incomprensibles, que somos por otra parte quienes la sustentamos y, sobre todo, la sufrimos, no solo no tenemos voz, sino que parece que nadie, incluidos nosotros mismos, tenga interés en escucharla. Así pues, olvidemos por un momento los sesudos análisis de economistas que contradicen a otros economistas, todos expertos en hallar explicación para los vaivenes de los distintos índices bursátiles... a posteriori.
A 'grosso modo', y según yo tengo entendido, en las bolsas se hacen apuestas sobre si las acciones de determinados productos y empresas que cotizan van a subir su precio o no. Digamos que se especula comprando y vendiendo participaciones de las empresas que deciden 'salir' a bolsa para obtener liquidez y de productos como el oro o los bonos del Estado. Pero,
¿qué fija el valor de esas acciones? ¿Acaso los buenos o malos resultados económicos de la empresa en cuestión? ¿La necesidad de ese producto en el que se invierte? ¿La situación económica del país que emite esos bonos?
Comentario: La economía global o de mercado es un artificio inverosímil creado por los grandes poderes económicos para favorecerse a sí mismos. Sería tonto de nuestra parte depositar nuestra confianza en un sistema que depende exclusivamente de las acciones inhumanas que un puñado de psicópatas llevan a cabo detrás de un escritorio en una oficina de lujo. Las "leyes del mercado" no son una consecuencia natural de la actividad económica humana, son más bien el producto resultante de mentes psicopáticas gobiernando el mundo.