Dicen los medios burgueses que lo que está sucediendo en Hungría es un regreso al pasado. en alusión a la época comunista. Ya quisieran muchos húngaros retomar ese pasado donde no les faltaba trabajo o un médico, aunque sí un coche último modelo, claro que esto último no es comestible. Comer, no comerán mucho en los campos de trabajo donde piensan enviar a los desempleados. ¿Instalarán en ellos, hornos crematorios para eliminar a los improductivos parados? Todo puede ser en este regreso a épocas hitlerianas.
La constitución húngara anula el derecho de huelga y obliga a parados a emplearse en campos de trabajo, pero la UE sólo ha cuestionado lo referente a la competencia del Banco Central.
La constitución húngara anula el derecho de huelga y obliga a parados a emplearse en campos de trabajo, pero la UE sólo ha cuestionado lo referente a la competencia del Banco Central.
"La nueva constitución supone una vuelta al pasado. Va a ir cambiando paulatinamente la vida de Hungría hasta convertirla en un Estado totalitario", aseguraba el periodista húngaro-austríaco Paul Lendvai en la televisión franco-alemana ARTE. De un día para otro, el gobierno húngaro despidió a 228 jueces de los mas altos tribunales y los sustituyó por otros, más acordes a "los nuevos tiempos". El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, del partido de extrema derecha Unión Cívica Húngara (Fidesz) prometió durante la campaña electoral cambiarlo todo de raíz para sacar a Hungría de la crisis. En la segunda vuelta de las elecciones, en mayo de 2010, un 70% de los votos fueron favorables a esta formación política (en la primera obtuvo un 53%).
Poco después de llegar al poder Orbán propuso la creación de una constitución que ha sido muy criticada y finalmente aprobada en enero. En ella no se menciona la palabra "república", pero Dios aparece en numerosas ocasiones, entre menciones sobre la historia y el destino grandioso de Hungría.