Una década después del desplante que recibiera George Bush (hijo) por parte de los líderes sudamericanos sepultando el ALCA, Estados Unidos se apresta a retomar su dominio casi total sobre la región.© AFP 2016/ Saul LoebPeligro: se viene el TPP
El inevitable golpe mortal al Mercosur sellado días atrás por el gobierno ilegítimo de Michel Temer en Brasil y el de Mauricio Macri en la Argentina es una prueba irrefutable:
el canciller interino de Brasil, José Serra, le propuso al gobierno argentino flexibilizarel Mercosur, a fin de que cada uno de los países miembros puedan negociar acuerdos de libre comercio con terceros países y bloques.
Sería éste el primer paso para ingresar de lleno al Tratado de Libre Comercio (TLC) y luego al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), objetivos estratégicos que sepultan el viejo sueño de la Patria Grande e impacta enormemente en la pérdida de soberanía política y económica, con sus secuelas de ajustes, privatizaciones y exclusión.
El TPP es el nuevo engendro de los Estados Unidos para contrarrestar a los BRICS (el bloque de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), hoy en retroceso por las crisis en Rusia y el gigante sudamericano. El Tío Sam espera, siempre agazapado, con el rostro severo y su dedo acusador, la mirada intrépida y su inagotable paciencia de araña.
En primer lugar, la Alianza Transpacífico es un acuerdo de libre comercio multilateral secreto, que tiene a los Estados Unidos como el principal interesado. Es casi una patente de corso concedida a los oligopolios norteamericanos: sólo los lobistas de sus multinacionales tienen acceso a sus contenidos. WikiLeaks filtró y publicó una parte del texto del borrador secreto, al que considera de gran controversia "debido a sus efectos de largo alcance sobre medicinas, editores, servicios de internet, libertades civiles y patentes biológicas". Tan secreto que, según afirman los editores de WikiLeaks, "los miembros del congreso de EE.UU. únicamente pueden ver porciones selectas de documentos relacionados al tratado bajo condiciones altamente restrictivas y bajo supervisión estricta". Según Julian Assange, editor en Jefe de WikiLeaks,
"de ser instituido (el Tratado) pisotearía los derechos individuales y la libre expresión, y trataría como un trapo al patrimonio común intelectual y creativo. Si usted lee, escribe, publica, piensa, escucha, baila, canta o inventa; si usted cultiva o consume comida; si se encuentra enfermo o se pudiera encontrar algún día enfermo, el TPP lo tiene en su mira".
Comentario: Puede leer también: