Los resultados electorales son geopolíticos. Cuando Calderón, vasallo de Estados Unidos, triunfó con 0.56 por ciento, los multimedia israelí-anglosajones festejaron porque correspondía a la secuencia de Norteamérica.
Hoy que Dilma Rousseff vence con 3.3 por ciento, como
vaticiné, los mismos multimedia y sus controladores despotrican: bajan la bolsa de Sao Paulo, vapulean la divisa real y fomentan la balcanización entre el norte de los pobres y el sur de los ricos,
como Fernando Henrique Cardoso.
© DesconocidoPresidentes de los países que conforman el BRICS.
Si un voto de más es democracia pura, ergo, 3.3 por ciento es un abismo, si no se practican las dos pesas y dos medidas de los intereses geopolíticos israelí-anglosajones.
Los propagandistas
Financial Times y
The Economist - del Grupo Pearson, propiedad del mayor banco de inversiones del mundo, BlackRock, que
dirige el israelí-estadunidense Larry Fink -, hicieron el ridículo apostando primero a Marina Silva - que emergió en circunstancias anómalas - y luego al cardosista Aécio Neves, el "
playboy de los mercados" y favorito de los
banqueiros (los vilipendiados
banksters de Brasil):
Lula dixit.
Por encima del "México neoliberal
itamita" - beneficiado por la interesada cobertura multimediática israelí-anglosajona, quien por su esfuerzo recibió el regalo de los hidrocarburos del Golfo de México -, la democracia brasileña con todo y sus imperfecciones es infinitamente superior: cuenta con una segunda vuelta y un voto electrónico de resultado inmediato.
El futuro de Brasil está centrado en la próxima atracción del 21 por ciento de abstencionistas - ultrajados con justa razón -, que serán el fiel de la balanza para sopesar los alcances de la ineludible reforma política y los cambios apremiantes.
Comentario: Bombardeo de escuelas, estadios, casas de civiles, tortura... estas son las acciones realizadas por ejército ucraniano. Y mientras, las instituciones mundiales y la presstituta al servicio de Occidente se ocupan de sancionar y vilipendiar las elecciones democráticas de la región y a sus habitantes ¿cómo podemos explicar este océano de contradicciones e hipocresía?
Vea: