La Universidad Complutense fue noticia el pasado jueves por dos incidentes que nos hacen retroceder. Por una parte la policía, como en tiempos que se consideraban superados, entró en la Universidad para detener a estudiantes con un despliegue de fuerzas que ya nos gustaría ver combatiendo el crimen organizado.

© AgenciasLa policía entrando en la Universidad Complutense de Madrid.
El Rectorado de la Universidad justificó que pidiera la entrada de la policía en la Universidad porque estudiantes realizaban un "bloqueo a la entrada de estudiantes, profesores y personal" a las facultades del Campus de Somosaguas y un compañero profesor y vicedecano denunció la agresión de una minoría de incontrolados, insistiendo en que no debe confundírseles con los que simplemente participaban de la protesta contra los recortes que están destruyendo la universidad pública. Por otra parte estudiantes presentes señalan que lo que se produjo fueron forcejeos sin agresión, y los trabajadores del Campus han emitido un comunicado que desmiente al Rector. Señalan que nunca tuvieron "sensación de estar retenidos, pudiendo salir del centro los que lo deseaban", por lo que su sorpresa es mayúscula al aparecer "
18 furgones de antidisturbios..." que es "cuando, tanto trabajadores como alumnos, empezamos a tener
sensación de miedo".
Los trabajadores informan que reclamaron "que se vaya la policía, al entender que se trataba de una acción totalmente desproporcionada ante lo que ocurría" y que "los antidisturbios comienzan
a intimidar tanto a alumnos como trabajadores". Los trabajadores critican "la intervención de antidisturbios como una medida
injustificada, desproporcionada y antidemocrática".