Los datos y conceptos se han manipulado con el objetivo de mantener la campaña del miedo.En realidad, las estimaciones no tienen sentido. Se ha venido haciendo publicidad de las cifras para justificar el confinamiento y el cierre de la economía nacional, con devastadoras consecuencias económicas y sociales. Bajo esta narrativa, el virus es responsable de la pobreza y el desempleo masivo.
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Confirmado por prominentes científicos, así como por organismos oficiales de salud pública, incluidos la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos,
la COVID-19 es un problema de salud pública, NO un virus peligroso.Sin embargo, la crisis de la COVID-19 se ha caracterizado como una "emergencia" de salud pública bajo los auspicios de la OMS, que se utiliza como pretexto y justificación para desencadenar un proceso mundial de reestructuración económica, social y política.
Se está aplicando ingeniería social. Se presiona a los gobiernos para que extiendan el confinamiento, a pesar de sus devastadoras consecuencias económicas y sociales.No existe base científica para implementar el cierre de la economía global, no es un medio para resolver la crisis de salud pública.
Tanto los medios de comunicación como los gobiernos están involucrados en la propagación de la desinformación.
Comentario: Vea también: Las pruebas de COVID-19 por PCR carecen de sentido desde el punto de vista científico