Traducido por el equipo de SOTT.netLos científicos han desenterrado los restos fosilizados del pingüino más grande que se haya conocido en la Tierra, un monstruo de 154 kilogramos (340 libras) que se deslizaba por los océanos de lo que hoy es Nueva Zelanda hace más de 50 millones de años.
© Simone Giovanardi/Bruce MuseumEl pingüino más grande de la Tierra, Kumimanu fordycei, llega a una playa rodeado de otra especie recién descubierta, Petradyptes stonehousei, en esta reconstrucción de su vida.
Los fósiles de esta nueva especie,
Kumimanu fordycei, se encontraron junto a otros ocho ejemplares en el interior de rocas de playa en North Otago, en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Cinco de los ejemplares restantes pertenecían a otra especie recién descubierta,
Petradyptes stonehousei, uno pertenecía a otro pingüino gigante conocido,
Kumimanu biceae, y dos no se habían identificado. Las rocas databan de entre 59,5 y 55,5 millones de años de antigüedad.
En un estudio publicado el 8 de febrero en la revista
Journal of Paleontology, los investigadores estimaron el peso de las dos especies recién descubiertas basándose en el tamaño y la densidad de sus huesos en comparación con los de los pingüinos modernos. El equipo descubrió que P. stonehousei pesaba unos 50 kilogramos (110 libras), un peso ligeramente superior al de los pingüinos emperador vivos (Aptenodytes forsteri). K. fordeycei habría pesado más del triple, alcanzando los 150 kilos. A modo de comparación, el hombre medio de 20 años en Estados Unidos pesa 90 kg, según
Healthline. (Sin un esqueleto cerca de estar completo, los investigadores no pudieron estimar la longitud del cuerpo de la nueva especie).
Comentario: La evidencia más antigua del uso de algunos estimulantes y alucinógenos es interesante porque uno se pregunta si hubo una razón en particular por la que de repente empezaron a usarse. Es aún más curioso en el caso de la ayahuasca, porque la preparación del brebaje requiere 2 plantas de apariencia mundana que deben ser preparadas juntas, durante un largo período de tiempo, para que su efecto se haga sentir.