
El meteorólogo Enrique Pérez de Eulate explica que esto se debió a que las tormentas, que se formaron en el límite entre Navarra y Aragón, entraron en la Comunidad foral por el sur "y se reforzaron en la zona de Buñuel y Fustiñana". Los datos de las estaciones meteorológicas reflejan que en estas dos localidades cayeron más de 50 litros por metro cuadrado, provocando el cierre de una carretera en Fustiñana (la NA-126, que va Tauste), debido a los desprendimientos. En Buñuel, además, las tormentas llegaron acompañadas de granizo, lo que provocó daños en los cultivos.
Tras descargar en la Ribera, las tormentas se desplazaron hacia el norte y este de Navarra, pero perdieron intensidad, de ahí que las cantidades de agua recogidas fueran insignificantes. En Pamplona, apenas dos litros por metro cuadrado.