Fue interrogado por la jueza de instrucción durante tres horas. "Salvé miles de vidas", se jactó. Podría recibir hasta 15 años de cárcel.

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El tribunal de Grosseto dictó hoy arresto domiciliario para Francesco Schettino, capitán del crucero "Costa Concordia", que naufragó el viernes frente a la isla italiana del Giglio causando la muerte de al menos 11 personas, indicaron fuentes de la defensa. El comandante, detenido por orden de la fiscalía de Grosseto ante la posibilidad de fuga, es acusado de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono de la nave.

Schettino fue interrogado hoy durante tres horas y admitió, ante la juez de instrucción, Valeria Montesarchio, que él estaba al mando del buque cuando ocurrió el impacto contra las rocas, a metros de la isla de Giglio. Sin embargo, se jactó ante la juez de haber salvado "miles de vidas" gracias a una mianiobra que realizó, informó el diario español "El Mundo".

El fiscal de Grosseto, Francesco Verusio, explicó a la prensa que la reconstrucción del accidente por el comandante no modifica las acusaciones. Además precisó que podría recibir hasta 15 años de prisión cuando sea juzgado. De acuerdo fuentes cercanas a la investigación, el comandante sería sometido a un examen toxicológico para determinar si tomó estupefacientes la noche del naufragio

En tanto, en las últimas horas, fue dada a conocer una grabación en la que se escucha a Schettino negarse a volver a subir a bordo del buque para evacuar a los pasajeros.

"Ahora usted va a la proa, suba por la escalera de socorro (de cuerdas) y coordine la evacuación. Usted debe decirnos cuánta gente hay todavía, niños, mujeres, pasajeros, el número exacto de cada categoría", se escucha decir a un oficial en la grabación de una de las cajas negras incautadas por los investigadores. "¿Qué está haciendo? ¿Usted abandona el socorro?", pregunta el oficial, cuando todavía quedaban cientos de personas para ser evacuadas. "No, no estoy aquí, yo coordino el rescate", responde el capitán Schettino. El oficial continúa: "Capitán, es una orden, yo estoy al mando ahora, usted ha declarado el abandono de la nave, usted debe ir a proa, volver a a bordo y coordinar la ayuda", reclama. "Hay muertos ya", agrega. "¿Cuántos?" pregunta Schettino. "Es usted el que debe decirmelo, ¿qué está haciendo? ¿Quiere volver a su casa?", contesta irritado el oficial.

"Ahora usted vuelve arriba y nos dice lo que podemos hacer, cuántas personas hay, cuáles son sus necesidades", concluye el oficial, lo que lleva a que el capitán asegure que regresará. Promesa en vano, dado que según la capitanía y numerosos testimonios, el hombre estaba ya refugiado en la orilla desde antes de medianoche.

Además, según la prensa italiana, la investigación de la capitanía de puerto de Livorno, coordinadora del socorro, demuestra que hubo una especie de "motín" de la tripulación, que decidió evacuar antes de que el capitán emita la orden formal.

En uno de los primeros interrogatorios que se le realizó, con respecto a la razón por la que se acercó tanto a la costa, el capitán dio como escueta respuesta que las rocas contra las que colisionó el crucero no estaban en ninguna carta náutica.